La economía que se viene
El economista Daniel Artana, jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas -FIEL-, esbozó la situación económica que deberá afrontar el ganador de las elecciones presidenciales 2019.
LA COYUNTURA MACROECONÓMICA
Daniel Artana comenzó su exposición en la Conferencia Anual 2019 de FIEL, llevada a cabo en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, destacando que el próximo presidente encontrará una situación de escaso financiamiento externo, con un “reperfilamiento” de la deuda, -que cuenta con la intención, en el corto plazo, de negociación con los acreedores a través de una extensión de plazos o quita, pero con el problema que presenta esta situación es el tiempo que llevaría alcanzar el acuerdo, dado que podría durar varios años- con equilibro externo, con superávit en la cuenta corriente del balance de pagos, pero con una economía que está sufriendo una recesión importante.
En ese contexto, anticipó que las posibilidades de inversiones extranjeras serán prácticamente nulas y se deberá “vivirá con lo nuestro”. El próximo gobierno heredará una situación fiscal mejor que la del 2015 pero con una inflación muy alta y con una caída en la demanda real de pesos.
La nueva administración requerirá que las exportaciones de bienes y servicios crezcan por lo menos en 2 o 3 veces el crecimiento del PBI y para salirse de la restricción cambiaria se necesitaría de financiamiento nuevo en la forma de inversión extranjera directa o en la forma de financiamiento de deuda, o utilizando las reservas del Banco Central dónde tampoco habría mucho para usar, explicó el economista.
Diseñando ese posible escenario con pocas posibilidades de maniobra, Artana le respondió a la sociedad que está esperando una recuperación de la economía y del consumo después de las elecciones, que esa situación no va a ocurrir.
El siguiente punto abordado fue acerca de una posible “dependencia a la evolución de las exportaciones” donde un boom de los comodities no está previsto en el corto y el tipo de cambio real oficial será relativamente alto porque la elasticidad de la oferta es relativamente baja pero no nula. También alertó en cuanto a la “sensibilidad” de ciertos rubros exportadores con respecto al tipo de cambio.
La tercera cuestión planteada por el economista es que la nueva administración no podrá sacar el control de cambios mientras dure el proceso de renegociación. “Normalmente el control de cambio lleva a una represión financiera que es mala, porque reduce la cantidad de crédito disponible para la economía para todos, menos para aquellos que tienen la fortuna de ligarse un crédito a una tasa de interés que va a negativa en términos reales o neutra. Habrá poco crédito” sentenció Artana.
Los economistas de izquierda tuvieron su momento destacado en el discurso, al ser advertidos acerca de las propuestas que circulan en materia de política monetaria “son desopilantes al afirmar que la emisión no importa, y pretendiendo aplicar la misma receta que le sugirieron a Japón después de 20 años de deflación y pretendiendo aplicarla en Argentina que tiene un 55% de inflación2. Para ejemplificar lo disparatada que resulta esa propuesta puso como ejemplo medicar a dos personas, una con presión alta y la otra con presión baja, con el mismo medicamento. “Cuando uno tiene poca reserva neta y tiene una situación donde la demanda de dinero está temerosa, hay que ser muy cuidadoso con lo que se va hacer en materia de política monetaria”. Con el cepo en el año 2011 había reservas netas por 30 mil millones de dólares y cuando se fueron en 2015, las reservas fueron cero. Hoy hay una situación de 12 mil millones de dólares, sin contar lo que tiene el tesoro, pero teniendo conocimiento que el banco central está perdiendo reservas, pero sin margen de maniobra para generar cierta tranquilidad.
“Cuando uno tiene poca reserva neta y tiene una situación donde la demanda de dinero está temerosa, hay que ser muy cuidadoso con lo que se va hacer en materia de política monetaria”
En los próximos meses Argentina deberá pagar 7.300 mil millones de dólares y 300 mil millones de pesos en vencimientos. El gobierno podría flexibilizar la oferta monetaria, y a consecuencia de esto, el gobierno que asume lo haría con liquidez, hecho que podría “generarle un dolor de cabeza con la inflación después”.
En cuanto a las tasas de interés para el economista la represión financiera podría hacer ceder bastante las tasas. Los préstamos en pesos al sector privado volvieron a caer producto de las turbulencias, debido a que todos los activos que tienen los ahorristas en pesos han venido cayendo. Esta situación afectará a los bancos que al no contar con pesos caerá la oferta de créditos.
“Generando un programa que de tranquilidad” podría corregir la salida de dinero de la base monetaria -que hoy se encuentra en el 6% del PBI- y que se ha acelerado en los últimos tiempos producto de una desaceleración monetaria y de la incertidumbre que genera lo que vendrá después de las elecciones.
EXPORTACIONES
Entre 2001 y 2011 las exportaciones se triplicaron en dólares debido al boom de commodities, entre 2011 y 2015 cayeron casi 30 mil millones de dólares y entre el 2015 y el 2018 subieron en 6 mil millones de dólares. Dentro de esa suba se encuentran algunos rubros como el de turismo receptivo y el de software que son muy sensibles al tipo de cambio.
El gran dilema para el próximo gobierno, asumiendo como ganadores a la fórmula Fernández-Fernández, sería el destino que tendrán las exportaciones de carne “¿la va a dejar barata para la mesa de los argentinos y dejará perder la oportunidad de las exportaciones?” preguntó Artana la gran audiencia presente. Como es de público conocimiento, las políticas implementadas por la ex presidente Cristina Fernández para el sector cárnico, con control de precios internos y restricciones en las exportaciones, llevó a una pérdida de 11 millones de cabezas de ganado entre el 2006 y el 20015.
En cuanto a los sectores mencionados anteriormente sensibles al tipo de cambio y que tienen retenciones que ya pesan sobre ellos, el tipo de cambio real alto resultará una tentación para cualquier gobierno que pretenderá subirlas, “pero deberán ser cuidados buscando el equilibrio sin matar los incentivos, para que continúen creciendo, ya que sería la única posibilidad de tener un espacio macroeconómico en un escenario cerrado al acceso de financiamiento” concluyó Artana.
Por Paola Batista
Fuente: www.NetNews.com.ar
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