Lunes, 09 de Diciembre de 2024 | 03:42
Transporte Aéreo

¿Podrá la aviación comercial enfrentar un nuevo año de pandemia?

Mucha tinta digital se ha utilizado a lo largo del 2020 para describir la forma en que la pandemia producida por el Coronavirus ha castigado (y sigue castigando) a la aviación comercial. No vamos a entrar en detalles, pero el año pasado muchas aerolíneas se han debido acoger a procesos de quiebra para seguir operando, muchas otras han desaparecido, mientras que las más grandes a nivel global y regional han necesitado más de una ronda de ayudas estatales multimillonarias, ya sea en forma de capitalización, subsidios o créditos.

 

 

 

Toda esta asistencia ha sido otorgada con el objetivo de sobrellevar la pandemia e ir recuperando, en tres o cuatro años y en forma gradual, los volúmenes de pasajeros y volver a ser sustentables en términos financieros. Hago mención a la recuperación gradual del volumen de pasajeros debido a que en la industria de cargas los niveles de actividad ya han alcanzo el volumen previo a la pandemia.

 

Pero la pregunta que está rondando nuestras estresadas cabezas a todos los que trabajamos en aviación, es si la aviación comercial en general está preparada para soportar un nuevo año con rebrotes, segundas y terceras olas de la pandemia. En las últimas semanas hemos observado nuevas restricciones que los diversos Estados están comenzando a implementar con el objetivo de minimizar el riesgo de entrada de nuevas cepas del virus a sus territorios, restricciones que van aumentando en intensidad.

 

Si esta tendencia global continúa, el tráfico de pasajeros podría volver a ralentizarse y las aerolíneas podrían verse nuevamente en la necesidad de dejar en tierra parte de sus flotas de aviones de pasajeros, volviéndose a generar nuevamente la gran y temida disrupción de la actividad, hundiendo más y más las expectativas de recuperación.

 

Por el lado de cargas, esto también generaría efectos adversos, aunque no tan abruptos. Si bien los volúmenes han recuperado el nivel previo a la pandemia gracias a la creatividad de las aerolíneas, que han implementado el novedoso y exitoso conceptos de Pfreighter (Passenger  freighters o vuelos de pasajeros transportando exclusivamente cargas), el gran costo lo han venido pagando los operadores de comercio  exterior (exportadores/importadores), quienes han debido afrontar tarifas de flete aéreo extremadamente altas (altas para ellos, aunque atractivas para las aerolíneas). Atentar contra los intereses de la fuente generadora de la actividad de cargas aéreas (exportadores e importadores) tensa mucho la cuerda del equilibrio financiero del comercio exterior.

 

Productos de alto valor agregado, como la industria farmacéutica, tecnología, etc., se verían menos afectadas por el incremento de fletes. Sin embargo, el tráfico de mercancías con poco valor agregado, cuyo valor en los mercados de destino está en el rango bajo de precios al consumidor, enfrentan un gran desafío. Un porcentaje (variable) de algunos productos, como carne equina de bajo valor y arándanos, han migrado al transporte marítimo, mientras que otros productos primarios no tienen otra opción que continuar con el flete aéreo (por las características perecibles), debiendo trasladar este incremento de costos indefectiblemente a los consumidores de estos productos que generalmente conforman la canasta básica de consumo. En estos casos, la demanda es más elástica que los productos de alto valor agregado, por lo que el aumento de precios genera una caída de la demanda, lo que impacta directamente en los volúmenes de carga aérea.

 

Si bien debemos mantener un saludable nivel de optimismo, esforzándonos día a día para que la aviación comercial continúe por la senda de la recuperación, la convivencia con variables totalmente fuera de nuestro control y con gran poder de daño nos obliga a ser realistas, analizar varios escenarios posibles y estar preparados para lo peor. Por lo pronto, la esperanza que tenemos, y en lo que tanto los Estados como las aerolíneas están haciendo un gran esfuerzo, es la inmunización masiva producto de la vacunación, lo que está evolucionando en forma dispar en las distintas regiones del mundo.

 

 

Revista Desafío Exportar

Fuente: www.NetNews.com.ar

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