Vaca Muerta, ¿Lo usamos o los exportamos? -Informe Especial 2º Parte-
Por Carlos E. CalContraalmirante VGM (RE)
Uno de los dilemas que plantea la explotación de Vaca Muerta es si el GNL se debe usar para consumo interno o exportarlo. En esta segunda parte del informe realizado por el Contraalmirante VGM (RE) Carlos Cal, el autor dilucida esta incógnita.
El autoabastecimiento
La sociedad argentina quiere ver sus necesidades básicas satisfechas, y la industria y el comercio, además, requieren de esta preciosa fuente de energía y de materia prima para su industrialización. El abastecimiento interno de gas natural tiende a consolidarse, en la medida que avanza la construcción del llamado gasoducto Néstor Kirchner, que permitirá conectar la cuenca neuquina de Vaca Muerta con los grandes centros de consumo en la zona metropolitana de Buenos Aires.
No pocos inconvenientes surgirán en el camino.
Falta de fondos para su financiación, reclamos de supuestos pueblos originarios por el uso de tierras, probables sabotajes, reclamos provinciales,
amenazas externas, etc.
Todos problemas que pueden ser atendidos con prudencia e inteligencia. La conexión de este gasoducto con la red troncal de gas permitirá, probablemente a parir de mediados de 2023, satisfacer la demanda interna en un plazo breve.
La exportación de excedentes
Satisfecha esa demanda interna, el gran objetivo debería ser maximizar la exportación de los excedentes. El precio del millón de BTU (MMBTU) llegó a tocar los 100 dólares estadounidenses como consecuencia de la guerra en Ucrania y estos guarismos no bajarán significativamente en los próximos años. Históricamente los hidrocarburos han subido siempre de precio, aunque en algunos momentos particulares su valor haya descendido temporariamente.
A medida que el mundo se normalice después de la epidemia de SARS COVID19, con toda seguridad aumentará el consumo y la demanda de estos insumos.
Precio del petróleo 1960 a 2022- Estadística de la OPEP en dólares por barril.3
Para poder exportar el gas y el petróleo se debería:
1- Construir la infraestructura necesaria para exportar los productos: Gasoductos y oleoductos: No sólo los necesarios para abastecer la demanda interna, sino también aquellos que permitan transportar el gas y el petróleo a los países vecinos y a los puertos para su exportación. Respecto de los puertos, Bahía Blanca ofrece una amplia cantidad de servicios que podrían ser utilizados y desarrollados, y parece, según las noticias, ya haber sido seleccionado por los inversores. Pero no se debería perder de vista la oportunidad para desarrollar nuevos puertos, como el de San Antonio o Punta Colorada, en Río Negro, que darían dinamismo económico y población a nuestra Patagonia Norte y cuya distancia al yacimiento es menor que a Bahía Blanca. Estos puertos deberían incrementar sus capacidades de almacenamiento y procesamiento del gas y el petróleo.
2- Comprar, construir y/o fletar buques adecuados para el transporte y para la regasificación o la licuefacción del gas.
3- Incentivar la I+D de las tecnologías que nos pongan a la cabeza mundial de este tipo de explotaciones.
Inversiones
Argentina necesita inversiones para poder extraer, transportar, procesar y exportar este recurso. El país no cuenta con mercados de capitales capaces de aportar lo necesario para poner esto en funcionamiento. Depende de los créditos de la banca internacional y de inversores privados que, lógicamente, desean obtener un lucro por sus capitales y buscan tanto seguridad jurídica como y estabilidad.
Como ejemplo, en septiembre de 2022, las empresas YPF y Petronas firmaron un convenio para la construcción de un gasoducto troncal y una planta de licuefacción en la costa atlántica, más precisamente en el puerto de Bahía Blanca, con una inversión proyectada de hasta 40.000 millones de dólares a lo largo de 10 años. 4
Algunas de estas inversiones correrán por cuenta de privados, otras por parte del Estado. Entre estas últimas, nuestro país tiene abiertas líneas de crédito en distintos organismos internacionales como el Banco Mundial (BM) para el desarrollo de infraestructura, igual que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID y otros. Junto con estas inversiones se deberán apoyar e incentivar la Investigación y el Desarrollo (I+D) de las tecnologías que permitan explotar al máximo estos recursos, así como el impacto social y ambiental que se producirá por su concreción.
¿Exportar excedentes o simplemente “exportar”?
¿Satisfacer primero las necesidades de energía interna y luego exportar los excedentes es la política? Esto quiere decir que se privilegia el bienestar interno y el abastecimiento a la industria y la producción de energía por sobre enriquecimiento en conjunto del país.
¿Es factible una política opuesta? Tenemos como ejemplo el caso de México que “busca exportar su GNL a pesar de que el país es un importador neto de Gas. México importa el 70% de su gas natural para la demanda interna, que es un combustible clave para la generación de electricidad.”10
Argentina consume un 84% de gas de producción nacional y un 16% importado. De la cuota que viene del extranjero, casi el 60% es de GNL. En invierno, el gas extranjero representa un 27% del consumo. Desde mayo hasta agosto, el país compra energía importada11 .
Un simple cálculo de costo-beneficio puede determinar que es más conveniente seguir con esta política y vender nuestro GNL producido con la extracción de Vaca Muerta. De acuerdo con opiniones de especialistas en este tema, Argentina necesita de un fuerte financiamiento para desarrollar estos recursos que no puede proveer el mercado interno de capitales, fuertemente empobrecido por políticas económicas populistas del último cuarto de siglo. Necesita de la inversión externa. Según Daniel Montamat12 “El ahorro de las familias y de las empresas argentinas es insuficiente para recuperar esos niveles de inversión, y el sector público, que habrá que poner en caja. Lejos de ahorrar, ha vivido durante décadas como un pródigo, de préstamos y de la emisión inflacionaria. Es imprescindible el complemento de capitales externos, que no van a enterrar más dólares en la geografía ni en la geología argentina mientras sigamos violentando las reglas básicas del protocolo inversor en capital fijo.”
Con una planta de licuefacción para la industrialización del gas de Vaca Muerta, Argentina podría exportar gas natural licuado por unos 27.000 millones de dólares al año, dice en estudio que lleva las firmas del investigador asociado de Fundar, Nicolás Arceo; del director Ejecutivo de IDEA, Daniel González; y del director del Área de Economía de Fundar, Guido Zack.13
Un “Fondo Soberano Vaca Muerta” para las generaciones futuras
Cuando un país descubre una fuente de riqueza tan grande como lo es el yacimiento Vaca Muerta, que implica explotar un recurso no renovable que le será negado a generaciones futuras, puede desarrollar lo que se llama un “Fondo Soberano de Inversión (FSI)”. Esto no es más que un sistema de ahorro y capitalización. Los países árabes del golfo Pérsico como Emiratos Árabes, Qatar, Kuwait, Arabia Saudita, por un lado, y otros como Noruega por otro, frente a las inconmensurables riquezas encontradas bajo su suelo o en el mar, decidieron pensar en su futuro. El fondo de Emiratos Árabes produce hoy más ganancias a ese país que la venta de hidrocarburos.
El manejo discrecional por parte de los gobiernos está fuertemente condicionado, para evitar su derroche y su empleo populista de corto plazo. Estos fondos han alcanzado volúmenes enormes. El caso de Noruega, por ejemplo, alcanza la cifra de 1,4 billones de dólares, con origen en su Gas y Petróleo del Mar del Norte. Para ser claros: ¡estamos hablando de 1,4 seguidos de 11 ceros! Y este es sólo uno de los dos FSI noruegos. El otro es de “sólo” 2 mil millones de dólares. Para comprender mejor la dimensión de este FSI, digamos que es de casi 3 veces el PBI argentino de 2021. Esto, logrado sólo mediante un ahorro sistemático y regulado, con inversiones de capitalización, de una parte de sus explotaciones de gas y petróleo del Mar del Norte.
De acuerdo con un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, “Los Fondos Soberanos de Inversión (FSI) son herramientas que disponen los Estados con múltiples objetivos, entre los que destacamos estabilización, distribución intergeneracional y desarrollo económico. Los FSI se distinguen de cualquier tipo de reserva que pueda tener el Banco Central de un país, ya que disponer de un fondo soberano implica contar con recursos por encima de los necesarios para estabilizar la economía. Asimismo, generalmente poseen una misión explícita de inversión a largo plazo, mucho más abarcativa que simplemente mitigar una coyuntura económica desfavorable. La volatilidad de precios de las exportaciones de un país es una de las problemáticas que buscan abordar los fondos soberanos. En pos tanto de la sostenibilidad fiscal, así como la equidad intergeneracional, los fondos soberanos colaboran en la estabilización macroeconómica, evitando la necesidad de realizar bruscos cambios de política por oscilaciones de precios internacionales.”14
Con los problemas económicos de Argentina actual, pensar en un fondo de estabilización parece una utopía, pero no debería serlo. “Argentina tuvo en el pasado propuestas concretas en este sentido, como es el caso de la Ley 25.152/99 de Administración de los Recursos Públicos que tenía entre sus objetivos la creación de un fondo anticíclico.” 15
Las demandas actuales de estabilización y los recursos con que cuenta Argentina para salir de este profundo pozo financiero tal vez no permitan desarrollar plenamente en el corto plazo este instrumento, pero no se debería descartar para cuando se logre estabilizar la economía y Vaca Muerta comience a exportar excedentes en grandes volúmenes. Otros países como Irlanda y Australia, y hasta Perú y Chile instrumentaron FSI para estabilizar sus economías.
Argentina contará en el mediano plazo con excedentes financieros que le permitirán formar este tipo de fondos.
3 https://es.statista.com/estadisticas/635114/precio-medio-del-crudo-fijado-por-la-opep/
15 Ibídem
Fuente: www.NetNews.com.ar
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