El rompehielos Irízar no puede salir del dique a navegar
Si algo más le faltaba a la parábola de la Industria Naval, éste hecho se suma como corolario de una Industria que supo estar entre las líderes del mundo, pero la desidia le ganó una vez más.
El rompehielos ARA Almirante Irízar está listo para iniciar las pruebas de mar, pero no puede salir del astillero Tandanor porque el calado del río no le permite hacer las maniobras necesarias para llegar a mar abierto y poder así cumplir con la certificación de casco, entre otras pruebas necesarias, antes de estar listo para iniciar la Campaña Antártica del Verano.
La Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables cuenta con equipos de dragado, pero ninguna de ellos estaría operativo, razón por la cual, deberían contratar a una empresa privada y por lo visto, pasan las semanas y no hay una solución a la vista.
Dicen que están a la espera de que suceda algún milagro de la naturaleza, que podría darles una solución gratuita…pero esto podría convertirse en una misión suicida, exponiendo al buque a una posible y trágica varadura.
Sin lugar a dudas hay muchos profesionales idóneos en la Subsecretaría, pese a la herencia de una década de malversaciones e irregularidades que llevaron a la institución a un estado de abandono, plagado de corrupción, con sueldos mensuales que superaron el medio millón de pesos por hacer, nada.
El ahora Ministro de Defensa, Julio Martínez, conoce como nadie los hechos de corrupción en torno al Irizár dado que formaba parte de la Comisión de Defensa Nacional de la Cámara Baja cuando era diputado nacional (UCR-La Rioja) siendo él el encargado de pedirle explicaciones al Ejecutivo Nacional, entre otros hechos, por el contrato con la empresa de semáforos Autotrol S.A. que era la encargada de realizar el complejísimo montaje eléctrico del buque, y que tras cobrar el 80% del dinero, Tandanor rescindió, de mutuo acuerdo, el contrato sin hacer la obra.
Es por ello que el Astillero, de la mano del entonces Ministro de Defensa y candidato presidencial por el Frente para la Victoria, Agustín Rossi, comete otro delito, ésta vez con la contratación directa de la empresa Siemens S.A., omitiendo además, que la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) la había denunciado por el uso de "facturación apócrifa" para evadir impuestos (Causas 1831/00 y 330/06).
El nuevo gobierno tiene ahora la misión de cerrar uno de los tantos capítulos emblemáticos de la corrupción K, millones de dólares gastados en un buque que tendrá que demostrar que está a la altura de la circustancias o convertirse en el estandarte de la corrupción de la Industria Naval Argentina.
Por Chloe Duran
Fuente: www.NetNews.com.ar
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