Proteccionismo con sabor a guerra económica
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En el último año, las economías desarrolladas han intensificado sus barreras arancelarias contra el gigante comunista asiático, que parece haber reescrito las reglas de la Guerra Fría, llevándola a un plano de competencia multifacética. China emplea tácticas que van desde la supremacía económica hasta una seductora difusión cultural, asegurando una influencia global estratégica.
El Plan
Xi Jinping parece haber desempolvado las enseñanzas milenarias de Sun Tzu, el estratega y filósofo chino autor del libro “El Arte de la Guerra”, a quien se le atribuyen frases célebres como: “La excelencia suprema consiste en romper la resistencia del enemigo sin luchar”
El giro económico de China hacia una apertura comercial y de libre mercado es una clara manifestación de esta máxima, que comenzó a desplegarse en 1978 tras la muerte de Mao Zedong, el genocida más grande de la humanidad que cuenta con la mejor campaña de imagen en la historia del marketing de la prensa mundial, con la llegada de Deng Xiaoping a la secretaría general del Partido Comunista. El mandatario impulsó las reformas económicas que le abrieron las puertas del mundo globalizado logrando un crecimiento económico meteórico.
Este impulso, paradójicamente, se vio robustecido por el apoyo de Estados Unidos, cuya economía aún sufría los efectos de las restricciones impuestas por los países petroleros miembros de la OPEP, quienes habían cuadruplicado el precio del petróleo para aquellos países que respaldaran a Israel en la Guerra de Yom Kipur. Fue allí que Estados Unidos en un intento por bajar la escalada inflacionaria de sus productos, estableció una alianza con China que se mostraba amigable hacia las inversiones extranjeras, proporcionándoles un pack de beneficios que incluía mano de obra a extremo bajo costo, incentivos fiscales, y condiciones excepcionales en las zonas económicas especiales (ZEE) y en las zonas de libre comercio. La única condición era que cada fábrica debía contar con un Oficial del Partido Comunista, estratégicamente ubicado para conocer el know-how de la fabricación, tecnología y pensamiento norteamericano.
Varios años después, en 2013 con la llegada de Xi Jinping al poder, se inicia una nueva dirección de rumbo que incluye el fin de las libertades limitadas obtenida de sus antecesores y una renovada campaña expansionista con múltiples acciones, como la expatriación obligatoria* de ciudadanos chinos a diversos países, facilitándoles capital (150 mil dólares) para establecerse y emprender, y la adquisición de empresas multinacionales claves en diversos rubros estratégicos a nivel mundial.
En paralelo China se presenta muy amigable, abriéndose a la difusión selectiva de su cultura tal como lo explica la docente, periodista y Coordinadora de la Red Liberal de América Latina para la Fundación Friedrich Naumann para la Libertad en México, Silvia Mercado: “Los modos del partido comunista chino y su estrategia de soft power demostraron ser eficientes: América Latina abrió las puertas a la presencia, sino influencia, y no deja de celebrarla como “cooperación””. La autora de Apuntes sobre China expone cómo el encanto cultural, que se presenta al mundo con sutileza, esconde bajo su pulido exterior la implacable persecución que viven los ciudadanos chinos. Con tecnología de punta, el régimen vigila y suprime a quienes desafían sus límites en busca de libertad, enfrentándolos a una red de control omnipresente que no dudará con aplicar sanciones, cárcel, tortura y hasta la muerte.
El libro “China en América Latina; la otra cara de la moneda” publicado por la Red Liberal de América Latina (RELIAL), es una obra que reunió las investigaciones de siete miembros de la organización que investigaron durante más de un año el accionar de China en América Latina en distintos planos, advirtiendo que las conclusiones deberían preocupar y ocupar a los ciudadanos que aman las libertades.
Marcos Falcone, graduado como Master of Arts in the Social Sciences en la Universidad de Chicago y como Licenciado en Ciencia Política en la Universidad Torcuato di Tella, estuvo a cargo de la investigación de los Institutos Confucio, demostrando que son utilizados para para diseminar la propaganda china de manera implícita en el continente, o sea sin el uso del autoritarismo, incorporando a sus objetivos en materia de política exterior y eligiendo sistemáticamente temas a no tratar, todo logrado con gran éxito.
En Argentina el instituto Confucio fue estratégicamente ubicado en la Universidad de Buenos Aires bajo el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Desde allí periodistas, políticos y diversos profesionales de la comunidad científica han recibido invitaciones para conocer China, becas de estudio y financiamiento para investigaciones.
La droga
“Llévalos a un punto del que no puedan salir, y morirán antes de poder escapar” Sun Tzu.
El gigante asiático es el principal fabricante de fentanilo en el mundo y otras drogas opioides, siendo sus principales clientes los carteles de drogas mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación que venden el producto final a consumidores norteamericanos.
“A su vez estos carteles pagan esos productos con la exportación ilegal de especies silvestres, tanto exóticas como no, generando “amenazas peligrosas para la salud pública y la biodiversidad, ya que puede propagar enfermedades zoonóticas””
Vanda Felbab-Brown, es directora de Brookings Institution. Esta organización estadounidense sin fines de lucro, se dedica a la investigación independiente y a la búsqueda de soluciones políticas para problemáticas específicas, en este caso la epidemia por fentanilo que padece el país. Según sus declaraciones ante el Subcomité de Amenazas Emergentes y del Subcomité de Supervisión del Gasto del Comité de Seguridad Nacional y Asuntos Gubernamentales, en el Senado de los Estados Unidos en 2023, desde el año 2019 y ante la presión de los Estados Unidos, China se mostró colaborador en la causa contra la lucha del flagelo que padece el país americano, controlando la venta de fentanilo. Pero paradójicamente, desde ese mismo año empezó a vender los precursores químicos que permiten la fabricación del mismo, incluyendo detallados manuales explicativos y evadiendo así las listas de controles aduaneros. “A su vez estos carteles pagan esos productos con la exportación ilegal de especies silvestres, tanto exóticas como no, generando “amenazas peligrosas para la salud pública y la biodiversidad, ya que puede propagar enfermedades zoonóticas””, advirtió la investigadora.
La penetración en Latinoamérica
En el ideario colectivo se plantea que venderle a China sería la panacea para cualquier país de la región. Sin embargo, los números distan de reflejar esta situación. A través de estas inversiones, China solo busca asegurar recursos naturales esenciales para su país, creando dependencia del país receptor de esas inversiones, a la vez que asegura posicionamiento para sus estratégicos objetivos.
China aprovecha la corrupción en los gobiernos principalmente de izquierda, y las necesidades económicas de los gobiernos de centro y derecha para llevar adelante sus acciones tácticas, que incluyen el abastecimiento de recursos mineros, gas y petróleo, telecomunicaciones, logística, inversiones en agro (como la soja, que es un cultivo que provoca estrés hídrico en los suelos), ganadería (criaderos de cerdo), entre otros rubros.
Perú
El puerto de Chancay es una mega terminal portuaria; 60% propiedad de la empresa logística estatal Cosco Shipping y 40% de la peruana Inversiones Portuarias Chancay. Con esta obra, China pasará a tener un pie estratégico en la logística, contando con su propio hub logístico y un sinnúmero de empresas satélites que se instalarán en el Chancay Park, el parque industrial de Ancón que cuenta con inversiones en hotelería, servicios, industrias y turismo. Un verdadero paquete de servicios a disposición de china, en un país que podría convertirse en una nueva sede para los carteles mexicanos o nuevos.
Perú también ha recibido inversiones en minería - destinadas a la extracción de cobre y hierro - estratégicas para China debido a la importancia del cobre en la industria de alta tecnología y la infraestructura verde. Además, la estatal China National Petroleum Corporation (CNPC) ha invertido en el sector petrolero peruano.
"A través de estas inversiones, China solo busca asegurar recursos naturales esenciales para su país, creando dependencia del país receptor de esas inversiones, a la vez que asegura posicionamiento para sus estratégicos objetivos"
Argentina
En Argentina, una mezcla de corrupción y necesidad económica permitió que se selle un acuerdo en el año 2012 entre la mandataria Cristina Fernández de Kirchner y su par Xi Jimping con una vigencia de 50 años para la instalación de una base llamada “Estación de Espacio Lejano”. Un predio de 200 hectáreas, cedido bajo beneficios similares de inmunidad territorial que presenta una embajada. Allí, el gobierno chino instaló una antena parabólica de 35 metros de diámetro “dirigida fundamentalmente a misiones denominadas de espacio profundo, ubicadas a distancias que superan los 300.000 km de distancia de la Tierra” según las declaraciones oficiales. Lo cierto hasta ahora de esa base, es que su director es un alto mando del ejército chino y el predio no puede ser visitado sin previa autorización por parte del gobierno chino, gracias a la firma de cláusulas secretas en la firma del acuerdo. Tanto hermetismo, sumado a la manifiesta preocupación esbozada por el gobierno norteamericano, hacen suponer que la práctica podría tratarse, también, de una base para vigilancia en la región.
Otro avance estratégico fue frenado cuando corría el año 2022 y el gobernador de Tierra del fuego, el kirchnerista Gustavo Mellela, firmaba un memorándum con China que habilitaba la instalación de una Mega terminal portuaria y habilitaba además a la empresa estatal China Shaanxi Chemical Industry Group a instalar un polo químico (¿Acaso para la fabricación de sus precursores?)
Brasil
El país es el mayor receptor de inversiones chinas en la región, acumulando alrededor del 47% del capital chino dirigido a Latinoamérica. Empresas como China State Grid y China Three Gorges han invertido en el sector de energía, especialmente, en hidroeléctricas y proyectos de transmisión eléctrica, además de expandir su presencia en el ámbito de las energías renovables. Por ejemplo, la empresa BYD ha establecido plantas para vehículos eléctricos, buscando liderar el mercado latinoamericano en movilidad sostenible. También ha invertido en el sector de tecnología y comunicación como Huawei y ZTE que están ampliando su influencia, proporcionando infraestructura para redes 5G y tecnología de comunicaciones. El desembarco de estas empresas en la región, alertó a Washington que ve un riesgo de espionaje y un posible control sobre infraestructura crítica, manipulada por el estado chino.
Ecuador y Venezuela
China ha invertido considerablemente en ambos países, especialmente en petróleo e infraestructura. En Venezuela, empresas como China National Petroleum Corporation han contribuido con más de $50,000 millones en créditos e infraestructura petrolera, y en Ecuador, China Development Bank ha financiado megaproyectos hidroeléctricos y de transporte.
Chile
China se ha centrado en la adquisición de empresas en el sector energético y en minería de litio. Tianqi Lithium ha sido un inversor clave, consolidando una posición estratégica en la minería de litio, esencial para la fabricación de baterías. Se estima que las inversiones en este país alcanzan más de $10,000 millones de dólares.
El Primer Mundo contraataca
En los últimos años, Estados Unidos ha intensificado su preocupación por la influencia de China en América Latina, impulsando visitas de alto nivel para reforzar alianzas en la región. En 2021, el secretario de Estado Anthony Blinken realizó un viaje estratégico a Ecuador y Colombia, donde subrayó el compromiso de EE.UU. con los valores democráticos, y advirtió sobre los riesgos de la expansión de China.
En 2022, el jefe del Comando Sur de los Estados Unidos, general Laura Richardson, recorrió varios países de América Latina, incluida Argentina, donde enfatizó las preocupaciones de seguridad nacional relacionadas con la infraestructura crítica financiada por China, que incluye puertos, telecomunicaciones y recursos naturales. Richardson también resaltó el interés de EE.UU. en mantener una relación de defensa y colaboración en seguridad con sus aliados en el hemisferio sur.
En 2023 bajo el gobierno de Joe Biden Estados Unidos aplicó un significativo aumento de tasas a productos chinos:
• Vehículos eléctricos: el arancel se incrementó del 25% al 100%, con el objetivo de proteger la industria automotriz estadounidense frente a prácticas que consideran desleales.
• Baterías de iones de litio (principalmente para vehículos eléctricos): la tarifa pasó del 7.5% al 25%.
• Semiconductores: los aranceles subieron del 25% al 50%, como parte de una estrategia para reforzar la producción nacional en un sector crítico y reducir la dependencia de importaciones.
• Paneles solares y celdas fotovoltaicas: el arancel se duplicó, pasando del 25% al 50%, buscando contrarrestar lo que EE. UU. percibe como una sobrecapacidad impulsada por políticas gubernamentales chinas que abaratan estos productos artificialmente.
Por su parte la Unión Europea ha establecido aranceles y medidas sobre los siguiente rubros
• Vehículos eléctricos (EV): estableció aranceles preliminares de entre 17% y 38% sobre EV importados de China. Este arancel se suma al impuesto estándar del 10% aplicado a automóviles, que afecta tanto a los fabricantes chinos como a las empresas europeas y estadounidenses que producen EV en China. La razón tras esta medida es contrarrestar las supuestas subvenciones chinas a sus fabricantes de EV, que les permiten vender a precios más bajos en Europa, amenazando así a la naciente industria europea de vehículos eléctricos.
• Electrólisis para hidrógeno: Para reducir la dependencia de componentes chinos, la UE limitó la importación de "stacks" de electrólisis de China a no más del 25% de la capacidad total de estos equipos en el mercado europeo. Esto se aplica a componentes clave utilizados en la producción de hidrógeno para pilas de combustible, una tecnología en la cual la UE busca ser competitiva.
• Mercados online y tecnología: La UE está considerando nuevas regulaciones para frenar el ingreso de productos chinos a través de plataformas de bajo costo, como Shein y Temu, que ofrecen productos baratos en grandes volúmenes y afectan a los pequeños y medianos comercios europeos.
• Se encuentra bajo estudio limitar el uso de software y hardware chino en vehículos conectados para reducir riesgos de seguridad.
• Creación de equipos anti-subvención: La UE también implementa investigaciones para identificar productos chinos subsidiados que puedan perjudicar a las industrias europeas. Este enfoque responde al temor de que las prácticas comerciales chinas puedan derivar en la pérdida de empleos y competitividad en sectores estratégicos europeos, tal como ocurrió en la industria solar de la UE a comienzos de la década pasada
China se erige como un jugador clave en la economía global, utilizando el proteccionismo y la diplomacia cultural para expandir su influencia. Sin embargo, detrás de su encanto se ocultan estrategias de control y represión que amenazan las libertades en América Latina y el mundo. A medida que los países de la región buscan oportunidades de inversión, deberían ser cautelosos de no convertirse en peones en un juego geopolítico que podría costarles su libertad y soberanía.
Fuente: www.Netnews.com.ar
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