Economía Azul
Southmark Consulting Canadá
La Economía Azul abarca una serie de actividades que en mayor o menor grado ya encuentran cierto desarrollo en el mundo. Ellas son el transporte marítimo y fluvial, los puertos que a partir de allí se relacionan, las pesquerías, la industria naval, la exploración y explotación de hidrocarburos costas afuera.
Otro grupo dentro del concepto de Economía Azul y que muestra grados de desarrollo muy dispar, aunque con gran potencial se denomina Crecimiento Azul. En este grupo se incluyen la exploración y explotación de recursos mineros costas afuera, la acuacultura y maricultura, la pesca recreacional, la biotecnología azul, las energías marinas, turismo marítimo y antártico, y los sectores de desarrollo tecnológico relacionados a ambos grupos. Cabe destacar, como orden de magnitud, que la Economía Azul en China representa 8.5% de su PBI.
Las empresas tienen todo un campo de acción para investigar y evaluar opciones de inversión con mercados exportables casi garantizados, sobre todo en un país como Argentina donde los recursos relacionados al mar, lagos y ríos interiores resultan sencillamente gigantescos. Claramente, Argentina dentro del contexto del Mercosur debe abrirse al mundo y aliarse a bloques comerciales de importancia, toda vez que los mismos permitirán a las empresas argentinas y extranjeras que operan en el país, acceder a capitales de financiación, transferencia tecnológica, mejora de la infraestructura, generación de economías de escala y, finalmente, a una mayor productividad y competitividad, variables las cuales son de cumplimiento obligatorio si es que uno quiere competir en el mundo.
"Argentina debe abandonar su aislamiento del mundo y emprender lo antes posible un proceso de integración inteligente con los principales bloques comerciales, aunque siempre dentro del contexto del Mercosur"
La Economía Azul se puede decir que funciona como un apéndice de la Economía Verde, toda vez que la 1ra también gira alrededor de conceptos ambientales tales como la reducción de la huella de carbono, la fijación de carbono y generación de bonos que atraigan inversión en proyectos sustentables en el mundo emergente. Argentina debe abandonar su aislamiento del mundo y emprender lo antes posible un proceso de integración inteligente con los principales bloques comerciales, aunque siempre dentro del contexto del Mercosur. Brasil es hoy la 12va economía del mundo y puede ser facilitador de buena parte de la inversión que Argentina requiere para ir adelante en varias de las actividades mencionadas. De ese modo, y en función a la masa crítica de nuestro vecino, captar el interés de socios en el mundo sería una tarea aún más atractiva. Claro está, también se debe mejorar la macroeconomía mediante las tan esperadas reformas estructurales y así brindar estabilidad a quien estudie invertir en el país – aspecto que corre tanto para los nacionales como los extranjeros. Tener acceso a la transferencia tecnológica, el financiamiento, los nuevos modelos de gestión e innovación, sólo se logra a través de alianzas estratégicas entre privados que quieran llevar adelante un proyecto. El Estado, claro está, debe ser el ordenador del formato dentro del cual los actores privados puedan funcionar con seguridad jurídica, y no el filtro o jugador principal de un proyecto, toda vez que dicha acción espanta inversores de todas las geografías. Esto no significa la primarización de los RRNN sino más bien un rol sensato por parte del Estado. Las oportunidades son tan grandes como lo es la Pampa Azul. Sólo hay que observar a Brasil y tomar nota de la contribución que hiciera la industria del offshore oil & gas a su desarrollo. En el 2022 Brasil ha tenido 400 OSV (offshore support vessels) operativos y planea chartear 50 OSV para el 2023, siendo su base operativa la terminal de Macaé en el Estado de Río de Janeiro para el 80% y el resto en los puertos de Suape y Pecém. Mar del Plata se debe ir preparando para el Vaca Muerta marino. Hoy nuestro país muestra avances interesantes en este tema, aunque aún le queda un largo camino a recorrer.
"¿No es un viejo anhelo nacional acaso poblar la Patagonia por medio del establecimiento y desarrollo de industrias costeras basados en la explotación de recursos naturales?"
Y qué pasaría si Argentina tuviera un plan de desarrollo de energías marinas de aplicación a lo largo de todo el litoral patagónico? Allí nos sobran vientos, olas y amplitudes de marea que resultan más que aptas para encarar proyectos poblacionales e industriales en la Patagonia y además, permitirían desarrollar la industria del H2 verde, el cual junto al shale gas nos darían muchas alegrías – léase generación de divisas, empleo y desarrollo industrial. Para ello hace falta que Argentina deje de navegar a la deriva y que una vez por todas, y en el contexto del MERCOSUR, ratifique decididamente los acuerdos con la UE, EFTA y Singapur, así como también que acelere al máximo la integración con países como Canadá, Japón, Corea del Sur y otros. Este rumbo nos permitiría acceder a un alto nivel de transferencia tecnológica, a financiación, y a un nivel de conocimiento que hoy no poseemos y que podrían ser de aplicación inmediata en un contexto de transición energética y búsqueda de proveedores sustentables. No es un viejo anhelo nacional acaso poblar la Patagonia por medio del establecimiento y desarrollo de industrias costeras basados en la explotación de recursos naturales? Qué mejor manera de generar trabajo y bajar gradualmente el asistencialismo social improductivo que la instalación de industrias en nuestras costas para que, conjuntamente con la generación de energías marinas para diversos proyectos podamos volcar nuestro potencial al Asia-Pacífico por medio de puertos chilenos. Qué industrias? Todas aquellas que se relacionen con los recursos del mar y que requieran infraestructura para su desarrollo; y además, todas aquellas que se relacionen a las economías regionales y la minería basada en energías marinas y proyectadas al Asia-Pacífico a través de corredores bioceánicos.; la promoción de proyectos de investigación y desarrollo industrial que tengan foco en la fijación de carbono a partir de emisiones 0, como modo de atraer inversión directa; La energía undimotriz y mareomotriz, así como la intensidad permanente del viento garantizan el flujo de energía. Paralelamente, habría que invitar a Israel a que colabore mediante joint venture en la aplicación de técnicas de irrigación y fertilización en las cuales son expertos indiscutibles para impulsar aún más la proyección de Argentina en el segmento de alimentos. Ustedes me dirán que no hay agua potable. Pues bien, Haifa en el Mediterráneo ha desarrollado la planta de potabilización más grande del mundo. Aclaro, ya existe un TLC entre Israel y Argentina, el cuál si bien está operativo, podría tener mucho mayor proyección, dadas las relaciones históricas y culturales entre ambos países. Suena utópico, verdad? Créanme, no lo es; sólo se trata de buena gestión y planificación estratégica acorde a las posibilidades técnicas del país.
Parte de la economía azul también es la construcción en el país de empujadores fluviales con propulsión a GNL que baje hasta un 40% los costos de transporte por nuestra Hidrovía, al igual que la construcción de dragas propulsadas por GNL que nos permitan dragar la HPP y así impulsar la industria naval y generar, todo un mercado de bonos de carbono e inversión directa. La navegación por el Río Negro, por ejemplo, puede ser clave para proveer de arenas de fractura y tubos al desarrollo de Vaca Muerta conjuntamente con una reingeniería de los FFCC, y no a expensas de ellos, ya que la demanda supera holgadamente a la oferta, y mucho más. Como ejemplos en el mundo podemos citar a Noruega que es líder no sólo en la producción de hidrocarburos costas afuera, sino que también ha integrado a la cadena de valor el diseño y la construcción de plataformas de exploración y extracción marina – actividades de alto capital intensivo. Noruega también es líder en la industria del salmón, acuacultura, transporte marítimo, puertos y energías marinas, al igual que Escocia. Todos los países del norte de Europa (Mercosur-Unión Europea??) poseen un envidiable avance en la generación de energías marinas, para lo cual han desarrollado tecnologías específicas, al igual que Canadá y los EEUU, por sólo dar algunos ejemplos. Australia cobra varios millones de dólares al año como resultado de una correcta planificación y promoción de sus recursos pesqueros recreacionales con pescadores de todo el mundo. Por qué no lo podría hacer Argentina? El desarrollo integral de la Economía Azul debiera ser un tema estratégico de agenda en Argentina toda vez que podría significar varios puntos de su PBI, además de generar empleo, desarrollo tecnológico, un planteo geopolítico con diversas aristas de interés, y hasta una agenda ambiental positiva.
Fuente: www.NetNews.com.ar
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