“Atrapados por opciones limitadas”
Argentina se somete a un nuevo proceso electoral. Esta vez los contendientes son: la jefa de una banda, el líder light y un resto como “decorado”.
El “Vamos por todo muchachos”, de Luis D´Elía, es el mejor reaseguro para Cambiemos.
Claramente, el salto al abismo propuesto por la peor cimitarra de Cristina Kirchner es lo que asegura una cómoda victoria para los socios gobernantes, una alianza que teorizó sobre los imprescindibles cambios que debía hacer el país para salir de la involución en la que se mantuvo por décadas, pero a la que le costó gestionar esos cambios.
No exponer con crudeza la destrucción recibida no hizo otra cosa que mostrar cuán hondo había calado la preferencia por la apariencia antes que por la verdad. Es que está en nuestra génesis.
Todos recordamos las galeras, paraguas y la gran muchedumbre de la Revolución de Mayo, sin embargo, nos enseñaron una imagen engañosa. La muchedumbre era tan sólo una docena de criollos, sin paraguas y sin sombreros. La otra historia siempre es la verdadera. Pasó una y otra vez, y llegamos hasta hoy, que sabemos que sólo las obras de infraestructura apuntando al comercio exterior puede hacernos producir lo que gastamos.
Sin embargo, seguimos prefiriendo las apariencias, porque aumentando el gasto público con dádivas como limosnas, no crece y se desarrolla un país, más bien se sostiene la estabilidad de su miseria.
“Aumentando el gasto público con dádivas como limosnas no crece y se desarrolla un país, más bien se sostiene la estabilidad de su miseria”
Los parches -graduales- sólo prolongaron nuestra agonía y ahora, quién será capaz de quitar del imaginario colectivo que las ideas de apertura y libertad económica no son las causas del fracaso? Y, quién puede ser optimista con la marcha de la economía si los principales instrumentos del cambio no asoman ni por la orilla?
El comienzo del nuevo año así lo indica, con caídas en algunas ramas de la industria y el comercio, siendo el sector automotriz el más notable. La producción de enero se derrumbó, las exportaciones también, como las ventas mayoristas y minoritas. No obstante lo complejo del caso argentino, estamos de nuevo atrapados por opciones limitadas. Por un lado, el Kirchnerismo, saboreando la depravación política que dice querer atacar, por el otro, un gobierno cuyo “liderazgo light” viene perdiendo la oportunidad histórica de liderar un verdadero cambio de paradigmas.
No elegiremos entonces, sólo optaremos entre el ajuste al sector productivo-privado o la tenebrosa Venezuela.
El resto, es sólo eso: un “decorado”, o los vestigios del eco de Perón, alrededor de la mugre del poder de la jefa de la banda.
Por Lic. Marcela Viviana Jaimes
Artículo publicado en la revista DESAFIO EXPORTAR de Marzo 2019
Fuente: www.NetNews.com.ar
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