Argentina fue atravesada por la cultura populista que sentó las bases de un gobierno hegemónico a través del instrumento clientelístico. El poder se buscó para tener más poder y se garantizó por medio del voto de un pueblo casi hambreado pero a merced del opresor que le daba su limosna. Y los Kirchner fueron los más feroces, porque fueron por más, y fueron por todo, dejando la mayor deuda social de que se tenga memoria porque la enfermedad se extendió hacia todas las zonas del cuerpo social.

 

Según publicó el Indec, en el segundo trimestre del 2016 la pobreza llegó a 32,2%. Además, el nuevo Gobierno asumió con una inflación que rondaba el 40% interanual y un déficit fiscal acumulado del 7% del PIB en el 2015.

 

El presidente Mauricio Macri llegó al poder con una meta “Pobreza cero”, y para llegar a ella entendió que la política social era el empleo.

 

En ese sentido, el economista Marcos Hilding Ohlsson, de Fundación Libertad y Progreso, realizó un informe en el que detectó que, efectivamente, en el gobierno anterior no existió el empleo genuino sino que sólo creció el empleo público y la cantidad de personas que recibían transferencias desde el Estado.

 

Según su estudio, “a fines del 2015 había 18.8 millones de cheques que salían todos los meses del Estado, incluyendo empleados públicos, jubilados, pensionados y planes sociales y solamente había 7.8 millones de personas trabajando en el mercado formal privado para sostenerlos”.

 

Es evidente la magnitud del problema que enfrenta el Gobierno Nacional porque, cómo se puede incentivar el empleo productivo sin desactivar los planes sociales para no caer en el conflicto social o la ingobernabilidad?

 

Tengamos en cuenta que, “por cada persona que trabaja en el sector privado formal, hay 1 jubilado o pensionado, 1 plan social y más de medio empleado público. También hay entre 5 o 6 millones de personas en el mercado informal de trabajo”, dice el documento.

 

 

Los fundamentos

 

El gran desafío es crear 4 millones de nuevos empleos formales privados. “Para lograr esto se pueden formalizar 2 millones de personas que trabajan en el mercado informal, se puede reducir en 1 millón los empleados públicos y se puede transformar 1 millón de los planes sociales en trabajo productivo. Además se puede reducir el desempleo y el sub empleo”, afirma el economista.

 

“Se puede ir a un esquema de ganar-ganar-ganar, creando incentivos para que algunos trabajadores estatales encuentren buenas oportunidades en el sector privado, se reduzcan algunos planes sociales, empresas paguen menos impuestos al contratarlos y el Estado reduzca los gastos”, asegura  Hilding Ohlsson.

 

Para ello sugiere reformas de fondo, a sabiendas de que la grandeza que supo tener nuestro país se hizo trabajando. Dichas propuestas se basan en las ideas del la Constitución Nacional de 1853, de respetar la propiedad privada, de reducir las trabas, la burocracia y los trámites que impiden que las personas puedan producir.

 

Los cambios son un imperativo de este tiempo signado por el avance científico tecnológico de un mundo aun no revelado, donde todavía no han sido creados los puestos en los que nuestros hijos trabajarán. Estas transformaciones suceden cada vez más rápido y de forma más profunda, y es en este marco global y con las precariedades propias que Argentina debe prepararse.

 

Conforme datos aportados por Singularity University, la mayoría de las 10 carreras que serán más populares en el 2050, todavía no se han inventado. Con los avances, se van a destruir viejos puestos de trabajo y también van a surgir nuevas oportunidades

 

El objetivo del trabajo de Marcos Hilding Ohlsson es mostrar cómo se pueden crear 4 millones de puestos de trabajo formales en el sector privado reduciendo 1 millón de empleos públicos y 2 millones de planes sociales.  “La nueva ecuación sería 12 millones que aportan a 15 que reciben cheques del Estado”, y ya es un paso.

 

Para analizar los motivos de la falta de empleo privado formal, dice Hilding Ohlsson, hay que tener en cuenta la oferta laboral y la capacitación de las personas. “es preocupante el deterioro en la calidad educativa y la cantidad de jóvenes que no terminan el secundario e incluso los que lo terminan pero con un nivel muy bajo. Los planes sociales pueden afectar los incentivos a buscar empleo, pueden ser más estables que muchos trabajos, especialmente los servicios de gente menos calificada. Además, el ingreso por trabajar es mucho más bajo; un plan social más un empleo en negro, se puede ganar más que algunos empleos privados en blanco, por lo que es un incentivo para no buscar empleo”. Se agrega el problema de que la población económicamente activa es más baja en nuestro país y si alguien está fuera del mercado laboral por mucho tiempo, no solo pierde capacidad, sino también habilidades sociales para volver a insertarse”.

 

El costo laboral es otro gran factor. “Hoy en día, la diferencia entre el salario que recibe en mano un trabajador, y el costo mensual que le cuesta a la empresa es entre 70% y 100% más, dependiendo del sector y del ingreso. Si un trabajador tiene un sueldo de $ 10.000 brutos, se le descuentan un 11% de aportes jubilatorios, 3% de Obra Social obligatoria, 3% para la INSSJP (PAMI), un 2% al sindicato y otros 2,5% de “Aporte solidario” a la obra social del sindicato. Entonces recibe $ 7.850 en mano. Pero aparte de eso, la empresa paga 27% del bruto de cargas patronales (jubilación, obra social, Ley 19.032 INSSJP, y cuota solidaria). Entonces para que el empleado se lleve $ 7.850, la empresa todos los meses tiene que pagar $12.700. Pero también hay que sumar el 14% de ART, 7,2% de seguro de vida y 12% de régimen de asignaciones familiares. Con lo que ya estamos hablando de un 33,2% más, es decir, $ 3.320 más por mes. Si a esto le sumamos otros beneficios para los trabajadores, el costo del medio aguinaldo (8,33%) y las vacaciones pagas (9,7%), son otros $ 1.800, aunque en este caso vuelven a los trabajadores. Sin embargo hay otros costos, que incluyen un 10% de licencias por enfermedades y accidentes, un 5% por licencias varias y una previsión del 8,33% por potencial despido. A esto, le tenemos que sumar un potencial juicio, que en la mayoría de los casos beneficia al trabajador. De esta manera, se puede ver que si solamente se calcula lo que paga el empleador por mes, hay una diferencia de 61% entre lo que se lleva el trabajador y lo que paga el empleador. Si a esto, se le suman todos los otros costos, el costo es de más del 100%. Pero el tema es mucho peor si se consideran los salarios que además pagan ganancias. Ahí la diferencia entre el ingreso neto y el costo total es mayor. Una legislación rígida reduce fuertemente la demanda de empleo”, confirma el economista de fundación Libertad y Progreso.

 

Asimismo, según el índice del Banco Mundial, “Doing Business”, Argentina tiene un mal desempeño en términos de facilitar los negocios. Excesiva burocracia, formalidades innecesarias, impuestos y costos laborales nos ubican por debajo de paises como Angola.

 

Argentina tiene un gran desafío que es factible si se ejecutan cientos cambios, piensan desde la Fundación.

 

Los ejes de la propuesta

 

Es fundamental tener una macroeconomía estable: reducir la inflación, ordenar la política monetaria, reducir la emisión, tener estabilidad cambiaria,  reducir el déficit fiscal, el gasto público y no aumentar los impuestos. Mejorar la seguridad jurídica y el estado de derecho, garantizar la división de poderes  y una justicia independiente, pero también, reglas de juego claras y confiables. Y, fundamentalmente, reducir los costos laborales: eliminando los aportes obligatorios a sindicatos y reduciendo los aportes personales y patronales. Permitir los contratos libres entre empleados y empleadores, empleando a Monotributistas o permitiendo el trabajo a distancia o en casa. Proponen también eliminar el sueldo mínimo que genera desempleo o empleo informal; que cada empresa negocie con sus trabajadores y que no sea todo un sector con el gremio con un modelo sindical plural, limitado en sus mandatos y con control del patrimonio gremial y el fondo de las obras sociales. También se promueve modificar la indemnización/seguro de desempleo que serían reemplazadas por un fondo de capitalización individual, que se financiaría con aportes del trabajador (ahorro) y contribuciones del empleador (capitalización). El desocupado deberá ser convocado a tareas comunitarias con controles y planes de reconversión. Otro punto fundamental es la reforma del sistema de jubilación y pensión por su insostenibilidad en el tiempo.

 

Además, se podría pasar del empleo público al privado creando incentivos. Cómo? Despolitizando el empleo público, fomentando los concursos y las carreras, evitando el uso político de los cargos públicos y el nombramiento de familiares; generando capacitaciones y entrenamiento. Se propone también pagar cargas sociales y parte del sueldo a las empresas por los primeros dos años que tomen empleados del sector público y crear un sistema transparente de controles y premios que incluya el congelamiento de nombramientos propugnando los retiros automáticos del 5% de los empleados por año, con jubilaciones anticipadas, pagando un 80% del salario a los que acepten.

 

Completa la propuesta la auditoria de cada área de gobierno bajo el concepto de “Diseño Base Cero”, donde se vuelve a evaluar y analizar todas las áreas y funciones del Gobierno, buscando un “downsizing” permanente.

 

Respecto del paso de los planes sociales a empleo productivo: Hay que aprovechar los dones y talentos de las personas buscando que todos los planes sean pro empleo. Para ellos sugieren crear un organismo dirigido por académicos para evaluar todos los planes reduciéndolos de 60 a 5 o 6. Incluye el reemplazo en todos los casos que sea posible, de la transferencia de dinero, por planes de empleo que se vuelque en las cercanías como por ejemplo para la construcción de cloacas, redes de agua corriente y gas natural; e impedir que los  planes nacionales sean distribuidos por intendentes o por agrupaciones políticas.

 

Para finalizar, la propuesta propone la reducción de los costos de formalizar los negocios para que la empresa pueda arrancar y después se controle. Lograr que todos los trámites estén coordinados y se puedan hacer online. Propone a los colegios que en las materias de la secundaria capaciten a los jóvenes y se aprovechen las nuevas tecnologías, como el “Video CV”, en el cual los jóvenes pueden armar su presentación de curriculas con videos. La idea es que resulte fácil abrir un negocio, eliminando la burocracia y reduciendo  significativamente los impuestos y las regulaciones para negocios chicos o que recién arrancan alentando el micro-crédito, acompañando al emprendedor con capacitación

 

Por Marcela Jaimes

@MarcelaDesafio

 

Fuente: www.NetNews.com.ar