¿Y qué hace un práctico?
El Presidente brasileño Lula da Silva hizo una pregunta que causó sorpresa cuando los prácticos le presentaron el proyecto de Ley, el cual firmaría poco después: ¿Y qué hace un práctico? Claro, esta pregunta desató risas en el auditorio del Centro de Capitanes de Ultramar y de la Marina Mercante, donde se estaba llevando a cabo el IV Encuentro Nacional de Prácticaje, el pasado viernes 18 de octubre.
Este desconocimiento, difícil de perdonar considerando el extenso litoral marítimo-fluvial y la importancia del comercio exterior para la economía brasileña, es la misma pregunta que, gobierno tras gobierno, los responsables de la seguridad en la navegación deben responder en Argentina: ¿Qué hace un práctico? Sencillamente, asegurar que los buques lleguen a puerto de manera segura. Eso es lo que hace un práctico.
Ricardo Falcao, práctico del Río Amazonas explicó como Brasil consiguió este año una Ley de Practicaje, tras batallar durante más de 10 años contra el poderoso lobby de las cerealeras, el complejo agroexportador y los armadores, que pretendían la eliminación de la actividad, so pretexto de ahorrase el ¿alto? costo que tiene la actividad. Cabe destacar que en Brasil estos honorarios son más altos que las tarifas argentinas.
Cualquier parecido con la situación brasileña, no es casualidad. Como tampoco lo es que un alto funcionario argentino haya formulado recientemente la misma pregunta, pluma en mano y con la clara intención de eliminar la actividad, presionado por los mismos grupos empresarios que intentaron hacerlo en Brasil. A la pregunta de por qué el practicaje no puede ser reemplazado por el capitán del barco, Falcao respondió contundentemente “El capitán del barco es el representante de los intereses económicos del armador, mientras los prácticos están para defender a la sociedad de accidentes.”
Asimismo cabe destacar que cuando se busca una rebaja en el costo logístico la reciente experiencia llevada adelante por el gobierno de Mauricio Macri debería servir de experiencia para no cometer los mismo errores. Su premisa de gobierno fue puesta en la reducción de la tarifa consiguiendo descuentos en distintos servicios que rondaron el orden del 20 al 30 por ciento, sin embargo, NADA fue trasladado a la tarifa, por los que la carga no se vió beneficiada sino que ese margen de ganancia extra fue absorbido por los armadores, o sea los propietarios de los buques.
Por todos estos motivos vale la pena volver a explicar la labor de un práctico. Es una persona altamente capacitada, que egresa de la escuela fluvial o de Náutica tras cuatro años, con el cargo de oficial fluvial o de la marina mercante (también pueden egresar de Prefectura o de la Marina, pero es otro recorrido). A partir de allí cada ascenso se obtendrá con singladuras u horas de práctica y exámenes. Oficial de 3º, 2º y 1º y luego capitán. Cada ascenso a su vez deberá darse durante un período que contempla horas de trabajo de mínima y de máxima durante un período determinado; de no cumplirse los objetivos se reinicia el procedimiento. Un vez obtenida la capitanía y tras haber cumplido con los rigurosos nuevos requisitos, se deberán rendir cuatro exámenes escritos y una vez aprobados, dos exámenes orales. Cualquier traspié en el proceso obliga a empezar de nuevo.
Toda esta experiencia y conocimiento adquiridos tras 17 o 18 años de formación, son los que le permite al práctico asistir al capitán, recomendándole las maniobras necesarias para llegar de forma segura al puerto de destino.
Un error que sería invaluable
Quizás el ejemplo más recordado de lo que sucede cuando un barco no lleva práctico es el buque Exxon Valdez cuyo accidente dañó las costas de Alaska, destruyendo el ecosistema marino y costero, afectando la vida silvestre, la pesca y las comunidades locales durante al menos 10 años, sumando una multimillonaria suma de dinero en juicios.
Un reciente informe de la compañía aseguradora Allianz “Safety and Shipping Review 2024” * indica que durante la década de 1990, la flota global perdió más de 200 buques por año. Este total se redujo a la mitad hace una década y ahora, a finales de 2023, ha alcanzado un mínimo histórico con tan solo 26 pérdidas totales de buques a nivel mundial. Estos resultados son la evidencia empírica del profesionalismo que presenta la actividad a nivel mundial.
Una analogía útil para entender el valor del práctico sería compararlo con un escalador experimentado en el Everest, quien aun habiendo logrado varias cumbres, no prescindiría de la ayuda de guías y sherpas para garantizar el éxito y su propia seguridad. Sería una locura arriesgarse sin ellos, y lo mismo ocurre en el río o en mar: navegar sin un práctico es una insensatez.
La opinión de los expertos
Para el especialista en Seguridad y Economía del Transporte Marítimo y Puertos; consultor de la Organización Marítima Internacional (OMI) y Auditor Líder del Plan de Auditorías de los Estados Miembros de la OMI (IMSAS), Ítalo D’Amico, el crecimiento del tamaño de los buques, a la vez del aumento en la peligrosidad de las cargas, ratifica la labor del práctico como eslabón del Estado en la gestión de la seguridad para mitigar los riesgos. Una profesión que solo se visibiliza cuando ocurre un accidente.
El especialista explicó ante el auditorio, que la digitalización, la automatización y la descarbonización forman parte de las nuevas herramientas y tendencias que tiene la industria, modificando, facilitando y complejizando la labor del práctico, como se puede observar en los buques más modernos donde llegan a sonar un centenar de alarmas por día, debiendo el práctico discernir entre las que son críticas o aquellas notificaciones de sistema y altamente sensibles.
Sergio Gorriarán, práctico de Uruguay de la Corporación Prácticos de Río, detalló las diferencias existentes con el practicaje argentino, resaltando que ambos coinciden en el mismo compromiso con la seguridad de la navegación y en la obligatoriedad de intervención por zonas específicas, por distancia y/o por tamaño de buques, en algunos casos inclusive exigiendo la presencia de dos prácticos a bordo. Gorriarán remarcó la falta de reciprocidad existente con Argentina, convenio que según el experto estaría próximo a su firma.
El capitán Alejandro Lodiggiani práctico del Puerto La Plata, es responsable de las capacitaciones que realiza la Cámara. Desde el año 2019 estas formaciones son obligatorias de acuerdo al estándar establecido por la OMI, con una obligatoriedad de realizar al menos una actualización cada 5 años. Estos cursos permiten a los prácticos tomar contacto con las últimas tendencias y tecnologías implementadas a nivel mundial, promoviendo una mejora continua en la profesión.
“Servimos al interés público, aunque sirvamos a un interés privado” afirmó el panameño Álvaro Moreno, práctico en el Canal de Panamá, Vicepresidente Senior de a la Asociación Internacional de Prácticos Marítimos ( IMPA) institución estrechamente ligada a la Organización Marítima Internacional (OMI) por ser los representantes de la actividad en los grupos de trabajo que posee ese organismo. En referencia a la presencia de buques autónomos y el uso de la Inteligencia Artificial, Moreno fijó la postura de la IMPA que considera que para que un proceso de autonomía en el practicaje sea válido y tenga sentido, tendría que igualar o mejora el 99,5% de la seguridad que tiene el practicaje llevado adelante por recurso humano.
*Safety and Shipping Review 2024 https://commercial.allianz.com/news-and-insights/reports/shipping-safety.html
Fuente: www.NetNews.com.ar
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