El escenario fue montado para un show televisivo con la participación de los "beneficiados" que no son la carga, ni las exportaciones, ni los puertos y mucho menos el país.  El presidente de la Nación, Alberto Fernández; el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof; el ministro de Transporte, Diego Giuliano; el ministro de Defensa y principal impulsor político de la obra, Jorge Taiana; el intendente de Ensenada, Mario Secco el intendente de Berisso, Fabián Cagliardi y la secretaria de gestión del Ministerio de Transporte, María Jimena López.

La obra no resiste análisis para ningún operador naviero nacional o extranjero. Sólo se la entiende como un gran negocio de "salida" para hacer caja ya que todo indicaría que a fin de año abandonan el gobierno, toda vez que las encuestas no les son favorables. La obra, según palabras de los "operadores" se encuentra revestida de soberanía, un falso concepto de lo que se entiende por "soberanía", similar a la interpretación que en su momento retrasó el desarrollo argentino. El ex presidente Raúl Alfonsín sostenía que los teléfonos no debían privatizarse por razones de "soberanía" manteniendo a millones de ciudadanos privados de líneas telefónicas.El valor de una línea telefónica, si se tenían los contactos para acceder a una, rondaba un valor aproximado de un tercio de un departamento. Más tarde demostraría su sucesor, Carlos Menem, todo lo contrario. Las ideologías de izquierda viven en el pasado pretendiendo frenar el futuro. 

Así de inútil resulta en el contexto actual el Canal Magdalena para Argentina. Una Argentina que tiene un listado de prioridades en obras por hacer que mejorarían realmente la logística y competitividad interna y externa. El canal es una de las pocas cosas que quedan para hacer caja. Son ricos y se quieren ir más ricos.

Con un video bien armado con una falsa retórica donde no faltan palabras como mejoras, soberanía, competitividad, ensanche, mejor navegación, reducción de tiempos, reducción de costos logísticos, etc.., la mesa está servida.

Diego Guiliano tuvo las palabras iniciales en esta puesta en escena: “Un acto de gobierno para la construcción de una obra emblemática de la argentina y que tiene que ver con el ingreso y el egreso soberano a las aguas del Océano Atlántico”. La palabra soberanía es el cliché más usado del Kirchnerismo para provocar aplausos, aun cuando esta corriente política suele hacer lo contrario: una base inexpunable china en Neuquén, un intento de una base naval multipropósito chino en Ushuaia, etc. 

Otro chiché para motivar aplausos es utilizar el nombre de "Cristina" que genera en la militancia un inmediato aplauso sin siquiera razonar de que se trata. Su sola mención interrumpe cualquier discurso.

Según se desprende de esta frase del ministro de Transporte, Argentina no estaría teniendo en este momento soberanía en el transporte marítimo-fluvial, hecho que esta obra revertiría. ¿Sabrá el señor ministro que la soberanía la otorga la bandera de los buques que transportan las riquezas producidas por nuestro país? Hoy Argentina carece de su flota marítima de ultramar y muy poca incidencia la fluvial, y las vías navegables son utilizadas por buques de bandera extranjera. Se nos ocurre que al decir “ingreso y egreso soberano” el ministro no tiene idea donde está parado, y debe pensar que existe un problema de límites con el Uruguay. No conoce que fue el fundador de su partido, el general Juan Domingo Perón, quién puso fin al conflicto por la soberanía en las aguas del río de la Plata con Uruguay con la firma del “Tratado Internacional del Río de la Plata y su Frente Marítimo” Ley Nº 20.645 celebrado con Uruguay en 1973, donde quedó establecido una franja de 7 millas para cada costa y el resto es de uso común. A partir de la sanción de esa ley, Uruguay dejó de tener costa seca para beneficiarse de las 7 millas marítimas/fluviales para toda explotación o uso soberano.

A continuación el ministro utilizó otro cliché que es echarle la culpa al macrismo: “Este proyecto comenzó en el 2013 durante el gobierno de Cristina, en el 2014 se llamó a licitación, pero cuando llegó la gestión de Cambiemos (2015) este proyecto se interrumpió y quedó prácticamente abandonado”. Es ilógico que el ministro de Transporte no sepa lo que pasó en ese entonces ya que desde el 2009 hasta el 2017, Giuliano se desempeñaba como concejal en la ciudad de Rosario encabezando la Comisión de Seguridad Pública y Comunitaria y en 2020 incursionó en el sector cuando fue nombrado Subdirector Ejecutivo en la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT). Retomando sus aprendizajes de logística cuando Sergio Massa logra ubicarlo en 2022 como ministro de Transporte, ante la sorpresiva renuncia del ministro Alexis Guerrera. Al parecer ninguno de sus asesores le dijo que por ese entonces el llamado a licitación se había hecho en pesos, y que cuando asumió el nuevo gobierno se encontraron que la cifra se tenía que TRIPLICAR para que la empresa ganadora de la licitación hiciera el trabajo, hecho lógico en un contrato entre privados, pero imposible de ejecutarse desde la función pública cuando la partida presupuestaria no coincidía.

El gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof reconoció el esfuerzo del ingeniero Horacio Tettamanti para lograr la obra del canal Magdalena como así también la de su socio Jorge Taiana y los distintos ministros y funcionarios que se sumaron al proyecto en pos de un nuevo llamado a licitación. Sin embargo el gobernador no explicó por qué se demoró casi cuatro años en volver a firmar una licitación que tantos supuestos beneficios le significarían al país. Con un pie casi fuera del gobierno, reactivan esta monumental obra. Axel Kicillof recordó no solo haber firmado la licitación en 2015 al final de su mandato como ministro de Economía, casi igual que ahora que estaría según todo indica, con pie fuera de la gobernación ya que las encuestas en nada lo favorecen. El gobernador confesó haber tenido que transferir a la subsecretaría de Puertos y Vías Navegables a la órbita del ministerio de Economía, o sea su cartera, para “facilitar y acelerar el llamado a licitación”.

A continuación el gobernador utilizó problemáticas logísticas reales con agregados propios para lograr la construcción de un relato que justifique una obra que no solucionará las problemáticas logísticas nacionales. Dentro de los justificativos para apoyarse  recayó en el doctor Manual Belgrano citando una frase : "el Canal Magdalena por donde deben navegar las embarcaciones que se conduzcan a la ensenada es el mejor de este río por su mayor anchura y su mejor fondo…” Claramente Kicillof desconoce que el mundo cambió desde esa cita y que el general no llegó a conocer los beneficios que puede traer la modernidad, como por ejemplo la primera draga que operó por primera vez en Estados Unidos 1805 y llegó al país casi dos siglos después.

El discurso del presidente Alberto Fernández estuvo plagado de la palabra soberanía hasta el hartazgo. Sin embargo tuvo una primicia que es la creación de una nueva bolsa de trabajo para los argentinos. Se trata de un nuevo Ente para la administración del canal que tendrá su base en Rosario para demostrar que es un gobierno federal. Cerró su ponencia a los gritos “Por favor miremos hacia el futuro, trabajemos unidos para que la derecha maldita nunca más vuelva a gobernar la Argentina. Viva el Canal Magdalena, viva la provincia de Buenos Aires y por sobre todas las cosas, viva la Patria”. Agónicos gritos para demostrar fortaleza y decisión, que nadie escucha y salvo unos pocos amigos que aún le quedan, lo celebran con él.

Fuente: www.NetNews.com.ar