El regreso de los déficits gemelos y la profundización de los desequilibrios macroeconómicos
CEO (CEEAXXI) Centro de Estudios Económicos ARGENTINA XXI
Después de varios periodos, específicamente desde septiembre de 2018 (exceptuando diciembre de 2020), en los que el resultado positivo del sector externo financiaba, al menos parcialmente, el enorme y creciente déficit público, en junio de este año el país a tener déficit en ambos sectores, y analizando la dinámica, esta parece ser una tendencia que llegó para quedarse.
En términos macroeconómicos, esto implica que el bajo nivel de inversión se reducirá aún más, debido a que el único sector que se encuentra financiando ahora ambos “rojos” es el privado, por lo que todo su ahorro se canaliza hacia estos dos sectores, sin margen para incrementar el stock de capital, dada la competencia por los recursos y la mayor rentabilidad obtenida por estos en el mercado de deuda pública, con el consabido mayor riesgo que tiene financiar al Tesoro.
En el gráfico se observa que, durante el último período del gobierno de Mauricio Macri y gran parte del mandato de Alberto Fernández, a pesar de que el resultado fiscal se mostraba en la mayoría de los meses con signo negativo, la balanza comercial generaba un saldo a favor de nuestro país. Hay que mencionar, no obstante, durante 2020 y principios de 2021, la dinámica del sector externo se encontró fuertemente influenciada por el cierre de la economía mundial en el contexto de pandemia de Covid, sumada a las crecientes restricciones que el gobierno de Fernández impuso a las importaciones, a fin de obtener este resultado a favor del país
La impericia del manejo fiscal y monetario han llevado a que la macroeconomía argentina se encuentra cada vez más estrangulada, dado que los superávits comerciales permitían al BCRA acumular reservas internacionales, aun cuando debía vender para mantener la paridad cambiaria. De esta forma, un instrumento de estabilización económica más que ha desaparecido.
Lo más preocupante de la situación, es que el déficit comercial aparece en una coyuntura en la que los precios internacionales de los productos exportables se encuentran en niveles altos respecto a períodos previos, aunque también se verifico un fuerte incremento del precio de los combustibles por el conflicto entre Rusia y Ucrania, lo que ha presionado sobre el valor de las importaciones.
De acuerdo con datos oficiales, en el mes de junio las exportaciones totalizaron USD 8.432 millones, un 20,3% por encima de lo enviado al exterior en el mismo mes del año anterior, que sumó USD 7.010 millones. En tanto, durante el primer semestre del año, las ventas externas se incrementaron un 25,5%, pasando de USD 35.373 millones a USD 44.377, lo que indica una dinámica de envíos más que favorable para el país.
Sin embargo, cuando se analizan las importaciones, se observa que el alza de estas más que duplicó a las exportaciones: entre junio de 2021 y 2022 las compras al exterior aumentaron un 44,6%, pasando de USD 5.909 millones a USD 8.547. Similar ocurre cuando se compara el primer semestre del año. A junio del año pasado sumaban USD 28.600 millones y este año casi se duplicaron, pasando a USD 41.284 millones.
"La impericia del manejo fiscal y monetario han llevado a que la macroeconomía argentina se encuentra cada vez más estrangulada"
De esta forma, el resultado externo pasó de un saldo positivo de USD 1.101 millones en junio de 2021 a un “rojo” de USD 115 millones, lo que implica una caída anual del 110,4%. En el acumulado, en los primeros seis meses de 2021 el superávit externo totalizó USD 6.773 y en el mismo período de 2022 solo sumó USD 253 millones.
El determinante más importante de este resultado negativo en el sector externo es el tipo de cambio real, que se encuentra reduciéndose mes a mes, el cual podemos medir a través del índice de Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM), publicado por el BCRA. Este indicador es una medida de la competitividad: los valores por encima de 1 indican un aumento en el poder de compra de nuestras exportaciones, y por debajo de 1 una reducción.
En el gráfico se observa una estrecha relación entre el ITCRM y el resultado de la balanza comercial. En la mayoría de los períodos con tipo de cambio real por debajo de 1, se verifica un déficit de balanza comercial, debido a que las importaciones, medidas en términos de nuestras exportaciones, se hacen relativamente más baratas, por lo que aumentan las compras al exterior a una tasa mayor que la que crecen las ventas.
Por otra parte, lo contrario ocurre con el ITCRM por encima de 1: las exportaciones se vuelven más competitivas y se encarecen relativamente los bienes importados, lo que muestra los saldos favorables. De esta forma, cuando observamos el indicador de competitividad, este pasó de 1,18 en junio del año pasado a 0,96 en el mismo mes de este año, presentando una caída del 18,7%.
Este deterioro en el tipo de cambio real se explica volviendo a lo que mencionamos al inicio. El creciente déficit fiscal genera una necesidad cada vez mayor de emisión monetaria para financiar la brecha entre ingresos y gastos, debido a que Argentina se encuentra fuera de los mercados internacionales de crédito, y es relativamente bajo el nivel de deuda que puede colocar en el mercado interno. A pesar de que parte importante de la emisión la esteriliza a través de la venta de bonos del BCRA (Leliqs y Pases), la oferta de dinero se ubica por encima de la demanda, lo que genera una fuerte suba en el nivel de precios de la economía.
Y es esta inflación, la que, subiendo por encima de la tasa de depreciación del tipo de cambio oficial, erosiona la competitividad de la economía. Mientras que, en junio de este año, la inflación interanual fue del 64,3%, el tipo de cambio mayorista, que es al que se liquidan las operaciones de comercio exterior (antes de retenciones a las exportaciones y aranceles a las importaciones) sólo se incrementó un 28,8% en un año, pasando de $95,26 a $122,74.
Lo más preocupante de la situación, es que el déficit comercial aparece en una coyuntura en la que los precios internacionales de los productos exportables se encuentran en niveles altos respecto a períodos previos
Es por eso que, al analizar conjuntamente la dinámica de precios y cambiaria, podemos afirmar que los déficits gemelos han llegado para quedarse, agravando la hiper delicada situación macroeconómica. El principal problema que se vislumbra a la hora de corregir la apreciación cambiaria real es que un salto discreto del tipo de cambio nominal, podría irse en una gran proporción a precios, y erosionar de esta forma la ganancia de competitividad que se busca lograr.
Fuente: www.NetNews.com.ar
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