Los gobiernos tienen que escuchar a los ecólogos
Titular Puls Media
Irene Wais tiene 64 años, es una de las primeras ecólogas argentinas, una eminencia “Made in Argentina and USA”. Supo que sería ecóloga desde muy niña cuando visitaba la casa de su abuela y se sumergía en apasionantes horas de lectura...
Por ese entonces una enciclopedia en particular llamaba su atención “El tesoro de la juventud” con historias que hoy resultan un disparate y le causan mucha gracia como por ejemplo que la herencia se transmitía por la sangre, acotando de manera inmediata que eso fue antes que Watson y Crick y descubrieran la estructura de la molécula de ADN. Pero fue un libro en particular de Ernst Haeckel, el creador de la palabra ecología -estudio de la casa/ambiente- que encendió la llama de su vocación y marcaría el rumbo de su vida profesional. El camino fue largo y no fue sino hasta que se le abriera la posibilidad de aplicar a una beca de la OEA para estudiar en los Estados Unidos que consiguió su objetivo. “Apliqué a cuatro universidades y luego de realizar exámenes muy rigurosos ¡me aceptaron en las cuatro! Así que tuve que elegir con la ayuda de mis profesores y me decidí por la Oregon State University, algo así como la Harvard de las ciencias ambientales” cuenta con entusiasmo Wais.
A partir de allí laboratorios que se ven en las mejores películas de ciencia ficción formaron a Wais como ecóloga acuática, una especialidad que le permitió a lo largo de su carrera tener una agenda completa de trabajos internacionales donde quedaron plasmados sus estudios sobre impacto ambiental, descontaminación, peces migratorios, enfermedades en peces por represas y un sinfín de estudios que describe a lo largo de la charla en un lenguaje sencillo, “para que todos lo entiendan” remarca.
Pero Irene está indignada al igual que toda la comunidad científica que se sumó a la #RebeliónCientífica o #ScienceRebelion del pasado 4 al 9 de abril.
- ¿Cuál fue el disparador de esta rebelión y por qué cree que no tuvo mucha prensa?
No convenía que tuviera prensa. Nosotros “los rebeldes” nos encargamos de hacer todo lo que los grandes medios no quieren hacer. El Panel Intergubernamental del Cambio Climático -IPCC- desde hace tiempo viene sacando informes y a decir verdad se está haciendo poco al respecto, no solo acá sino a nivel mundial también. -Wais explica- que el panel no hace investigaciones propias, sino que recoge todos los estudios científicos realizados en el mundo y los analiza. En agosto 2021 se presentó el informe de la situación del clima con los parámetros físicos y el 28 febrero de 2022 el informe de biodiversidad. Ya habíamos visto que el del año pasado estaba “maquillado” y sabíamos que nuevamente ocurriría lo mismo; probablemente por cuestiones sociopolíticas o geopolíticas es que se “suavizan” algunas cosas. La verdad es que no sé cuáles son las motivaciones…o tal vez no deben querer generar pánico en la población. Lo único cierto es que se sacó parte de la investigación real de lo que el Panel dedujo. A esta situación se le sumó que en Inglaterra, España, Francia y Alemania se filtró el informe real del IPCC a través del google académico, que no es el mismo que el google común, y se armó un lío bárbaro. La rebelión comenzó en Inglaterra en 2019 y por la pandemia en parte se frenó. A nivel local yo le sugerí a mis colegas salir pacíficamente a las calles con afiches, dar charlas en la vía pública y utilizar las redes sociales. A nivel personal los investigadores hicimos un video de menos de dos minutos -ésa era la consigna- para difundir en las redes, que tuvieron muchísimas vistas y originaron el pedido de muchas entrevistas.
En este punto Wais aclara que difiere con algunos colegas de otros países que hicieron manifestaciones más agresivas como pintar monumentos, aunque sea con pinturas biodegradables, encadenarse al Chase Manhattan Bank, o atacar la sede de Repsol con martillos de goma argumentando que en caso de emergencia había que romper los vidrios, aludiendo a la emergencia climática.
"Nosotros “los rebeldes” nos encargamos de hacer todo lo que los grandes medios no quieren hacer"
-Hay un ideario que dice que las manifestaciones agresivas son de grupos políticos, de izquierda, hippies extremistas, etc... ¿es así?
¡No, nada que ver, es realmente la comunidad científica la que está saliendo a protestar con sus propios delantales blancos! Es un movimiento apartidario aunque sí es político porque lo que se busca es crear consciencia de que la situación es grave y que se necesita hacer un cambio. Estamos pidiendo lo que dice Greta Thunberg: “Menos bla, bla, bla”
-Los argentinos tenemos el privilegio de contar con sus estudios en el Río Paraná. En este momento estamos atravesando una bajante histórica y el gobierno y los empresarios están preocupados por la logística de los granos, pero el problema desde su punto de vista es mucho más grave que una cuestión logística ¿Qué podría contarnos al respecto?
Son cosas distintas, no mezclemos porque la situación logística es uno de los temas que hay que resolver. Las cosechas salen por los ríos Paraguay y Paraná que constituyen la hidrovía y como además la concesión se venció, hay cuestiones geopolíticas. Algunos ingenieros y economistas saben más que yo sobre ese tema así que prefiero opinar sobre lo que sí sé, que es sobre lo que está pasando con la hidrogeomorfología del río y cómo afecta el ciclo de vida de los peces.
Lo peces migradores del río Paraná como el pacú, surubí, dorado, sábalo, patí y manguruyú no solamente tienen importancia comercial sino también cultural de la época de los pueblos originarios que los veneraban. Son endémicos de América del Sur con algún equivalente ecológico en América del Norte, Europa, Asia y Australia, aunque no son los mismos, tuvieron evoluciones aisladas a partir de la separación de los continentes por el movimiento de las placas tectónicas. Con la construcción de represas hidroeléctricas en la década del ‘50 en Brasil, empezaron pasar peces exóticos por los vertederos de las presas, o los introducidos en Brasil en estaciones de piscicultura que se escaparon de sus tanques desbordados en distintas inundaciones. Provocaron desequilibrios ambientales. que oportunamente se fueron resolviendo a través de reclamos en la Cancillería. En los años ‘80 se empezó a observar un comportamiento totalmente errático del río porque se manejaban las aguas de los embalses de acuerdo con la necesidad de agua y energía en Brasil. ¡En los ‘50 se pensaba solamente en que la energía hidroeléctrica era limpia y no en las modificaciones ambientales que ocasionaba! Pero transformar un río en un lago artificial conlleva una serie de cambios impresionantes en la flora y fauna: hubo una superpoblación de pirañas que crecen felices en aguas tranquilas. Recrudeció en Brasil la esquistosomiasis, llamada enfermedad de las represas, en una forma muy grave que provocó muertes humanas hasta que se identificó y se controló. Localmente empezamos a observar el comportamiento errático del río, cuando debía haber creciente había bajante y viceversa. El ya fallecido Dr. Argentino Aurelio (Tino) Bonetto, probó gracias a la marcación y recaptura de algunas especies de peces que tienen dos migraciones. En esta investigación participaron varias unidades ejecutoras del CONICET y universidades argentinas y brasileñas. Se pudo observar y documentar que estos peces en su camino migratorio hacia aguas arriba depositan óvulos y espermatozoides en el río; los huevos y larvas necesitan pasar con la creciente a las en las lagunas del valle de inundación –los llamados humedales- donde los alevinos o peces pequeños permanecen en esas lagunas que se aíslan durante la bajante de las aguas, hecho que les brinda un espacio seguro, a salvo de los predadores que encontrarían en el canal principal del río. Esos ambientes lacustres, ricos en biodiversidad, les aportan las cantidades de alimentos necesarios durante uno o dos años, dependiendo de la especie, hasta su desarrollo. A partir de una nueva crecida de las aguas, los peces se reincorporan al río, ya de manera más segura, emprendiendo un nuevo camino hacia la desembocadura del Río de la Plata y del Delta donde se alimentan para alcanzar la madurez reproductiva y comenzar así un nuevo ciclo migratorio.
Todo esto que describí, ahora se encuentra interrumpido, dado que es el tercer año consecutivo que se registra una bajante histórica que no se producía desde 1944. Fui invitada en marzo a Rosario por el Día Mundial del Agua por la ONU para dar una conferencia, me asomé al río y no podía creer lo que veían mis ojos con la bajante. Exhibí en mi presentación audiovisual de ese encuentro ante una multitud de personas, un mapa en plumín y tinta china que había hecho en mi tesis en los ‘80 que ya se veía el comportamiento errático del río, para que la audiencia comprobara que esto es algo que venimos diciendo los ecólogos desde hace décadas y que nunca nos dieron bolilla. ¡Un ecólogo no es un ecologista, que promueve un movimiento político y que sale a hacer lío! Un ecólogo es una persona que estudió una ciencia, justamente para ser útil al país. A mí me formaron acá y en el exterior durante más de 10 años, para venir a aplicar en Argentina todo lo que aprendí y algunos dirigentes no escuchan ni se dejan aconsejar por los ecólogos.
Irene Wais
-¿Y por qué cree que no quieren escucharlos?
Porque hay gente que no quiere que se les perjudique su negocio. En los años ‘90 cuando entró la soja advertimos que era un cultivo que absorbía demasiada agua, lo que se llama una gran agua virtual, que produce estrés hídrico. Cuando trajeron los pinos a Corrientes señalamos que eran muy resinosos. Esta particularidad en su lugar de origen es una ventaja para evitar la competencia intraespecífica entre individuos de la misma especie que compiten por el agua y los nutrientes, pero aquí esa resina es un riego debido a que es altamente inflamable. Nuevamente no nos escucharon, y nos dijeron que traían “un bosque”, cuando un bosque es claramente otra cosa: ¡Esto es otro monocultivo como la soja, pero forestal! Todo esto ocurrió durante el gobierno de Menem, nadie nos escuchó y ningún medio lo publicó. Enviamos notas a “Carta de Lectores” pero las ignoraron. Anterior a esto durante la época del Canciller Costa Méndez, fuimos con varios investigadores con el reclamo de lo que estaba pasando con el ciclo hídrico del Paraná a raíz de los embalses y la respuesta que obtuvimos fue: “¿Ustedes se creen que yo con la guerra de las Malvinas me puedo ocupar de esto en estos momentos?” Sobre el problema con las represas con Brasil recién se nos escuchó durante la democracia, con Raúl Alfonsín.
-La bajante va a continuar, algunos dicen por unos meses durante otros por años, lo cierto es que el ciclo reproductivo de los peces se va a ver afectado de forma permanente?
Por ahora sí, lo que vi en Rosario es muy angustiante: con una simple red mariposa y con un palo, mataban a grandes peces desesperados por migrar aguas arriba; o los peces juveniles tratando de entrar sin éxito en las lagunas isleñas, porque ya no están…En estos días las aguas están subiendo un poco, pero el caudal es todavía muy insuficiente y se tardará tiempo en recuperar la “normalidad” de antes…
-Supongo que deben existir recomendaciones que permitan paliar el daño
A fin del 2021 el poder Ejecutivo Nacional declaró la emergencia hídrica en siete provincias y eso actúa como paliativo dado que se dispone de algo de dinero para resolver algunas cuestiones urgentes como la falta de agua. Habría que pensar en estaciones de piscicultura, como se hizo en algún momento en Brasil, que permitirían a posteriori la reinserción de los peces en el río, pero no sería la mejor solución tampoco. Está en riesgo la pérdida de un recurso único. Sé que es complicado porque se necesitaría mucha inversión privada que no se tiene prevista y a su vez el Estado está económicamente complicado.
- ¿Qué le diría a la dirigencia política con respecto a las medidas que habría que tomar en lo inmediato para mitigar estos daños ambientales y prevenir los futuros?
Lo primero que les pediría que escuchen a los ecólogos y no lo digo por mí, sino por los muchos excelentes colegas míos que tenemos en Argentina. El segundo mensaje que les daría sería para instarlos a cambiar el sistema de producción. Un modelo que sea más sustentable y que no extienda la frontera agropecuaria. Esto excede los gobiernos de turno; se precisan políticas públicas activas de Estado a largo plazo.
Cuando comento este tema con algunos economistas me dicen “¿Cómo vas a decirles que dejen de cultivar soja cuando la venden a 600 dólares la tonelada?” Mi respuesta es invitarlos a que reflexionen por qué motivo creen que los chinos, que tienen territorio más que suficiente para cultivar soja no lo hacen, y nos la compran a nosotros. La respuesta es que ellos sí están tomando en cuenta el agua como un insumo y lo privilegian para su consumo. Nosotros no, porque en el Paraná siempre hubo agua, -el Paraná provee el 85% de los recursos hídricos del país- nunca nos faltó el agua, entonces no nos preocupó, pero ahora que falta deberían replantearse el tema de la cantidad que se va en las exportaciones con los cultivos. Las próximas guerras van a ser por el agua.
La falta de este compuesto indispensable para la vida no es solamente una cuestión de cambio climático, de que cerraron las compuertas de las represas hidroeléctricas porque no hay lluvias, es multifactorial: monocultivos como la soja y monocultivos forestales, quemas intencionales para blanquear terrenos que tienen como principalmente destino la cría de ganado bovino, soja y fines inmobiliarios. Un kilo de carne vacuna tiene un agua virtual de 16.000 litros (desde su gestación hasta su comercialización), habría que comer otros tipos de carnes.
Me consta que el Ejecutivo apoya la Ley de humedales, sin embargo en diciembre del 2020 pese a pasar satisfactoriamente por la Comisión de Recursos Naturales de la Cámara de Diputados se frenó en su paso hacia otra comisión y se cajoneó, como ya había ocurrido en el 2013 y en 2016. El problema es que los productores no leyeron la Ley, se oponen porque sí, ya que hay humedales que permiten un sistema de producción sustentable, donde se puede producir en una parte y conservar en la otra. Sé que este año la Ley va a salir. Hay que comprender que estamos casi llegando a un “Tipping point” un punto sin retorno. Se puede lograr, yo soy muy optimista, pero hay que actuar ya.
Fuente: www.NetNews.com.ar
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