Jueves, 21 de Noviembre de 2024 | 11:34
Opinión

La importancia de una alianza económica estratégica entre Italia y Argentina

La Argentina se enfrenta con la necesidad de producir un nuevo cambio: un giro de ciento ochenta grados para poder comenzar finalmente una etapa de desarrollo. Esta vez, no yendo a contramano del mundo y de la región, sino integrándose al mismo y en especial modo al Mercosur y a la Unión Europea.

 

La Argentina se enfrenta con la necesidad de producir un nuevo cambio: un giro de ciento ochenta grados para poder comenzar finalmente una etapa de desarrollo. Esta vez, no yendo a contramano del mundo y de la región, sino integrándose al mismo y en especial modo al Mercosur y a la Unión Europea.

 

Hace décadas que la Argentina está buscando el camino que la lleve al desarrollo. La realidad indica que muy poco se ha logrado en este sentido.

 

Debemos poner nuevamente a la Argentina de pie y enfocarnos en un cambio productivo, en la generación de riqueza, de trabajo genuino con valor agregado. Todo esto nos permitirá superar esta situación tan compleja que estamos transitando. Se debe construir una Argentina en base a políticas de Estado. De esa forma, todo se volverá más virtuoso y menos combativo.

 

Es por ello que considero fundamental trabajar en un proyecto de “Integración Económica” en el sector Pyme, como plan estratégico dentro de un escenario mundial donde la Argentina podría ser un gran actor y beneficiarse mucho si sabe explotar genuinamente sus recursos y generar mayor valor agregado. Para ello es necesario la implementación de políticas que estimulen la incorporación de tecnología y know-how para la industria en general, pero en especial para las PYMES con el fin de que las mismas generen productos de mejor calidad; la puesta en vigor de leyes que den más seguridad a las inversiones extranjeras y, de esa manera, poder insertarse en un mundo muy competitivo, que exige cada vez más mejores productos, de mejor calidad y respetando el medio ambiente.

 

Para todo este proceso necesitamos un socio estratégico. De esta manera, podríamos convertir de manera rápida y sostenida, exportaciones sin valor agregado en exportaciones con valor agregado. Este socio estratégico, y por los motivos que expondré a continuación, sin dudas debería ser Italia.

 

De hecho, parte del proyecto consistiría en trasladar a parte de la Pyme italiana al territorio argentino, como una extensión del territorio italiano productivo. De esta forma, se aprovecharía el así denominado “legame” entre los dos países por sus vínculos de sangre. Por otro lado, Italia y Argentina son dos economías complementarias que pueden generar fuertes sinergias, grandes riquezas y mejorar la calidad de vida para ambos pueblos.

 

Una de las principales razones por las cuales dicho proyecto podría materializarse es que las Pymes italianas, dedicadas esencialmente al mercado interno italiano, tienen la necesidad de internacionalizarse y en la Argentina encontrarían una oportunidad única para poder asociarse.

 

Italia y Argentina son dos economías complementarias que pueden generar fuertes sinergias, grandes riquezas y mejorar la calidad de vida para ambos pueblos

 

Italia necesita materias primas con precios convenientes y en eso Argentina podría serle de mucha utilidad al garantizarle esos productos estratégicos. Esto le permitirían a la Pyme italiana proyectarse con fuerza en el nuevo mundo, disminuyendo considerablemente el riesgo de ser reemplazada por otros competidores mundiales. Como mencioné anteriormente, Italia necesita internacionalizar a sus Pyme y la forma de llevarlo a cabo - en el contexto actual - es a través de la integración con industrias de otros países.

 

La industria italiana goza de prestigio internacional, para Argentina podría ser la oportunidad de atraer inversiones convirtiéndose en la sede de esas Pymes italianas que buscan conquistar el mercado sudamericano y/o internacional desde y para el Mercosur. Este proceso podría ser diseñado bajo la órbita de una asociación estratégica entre empresas de ambos países, vía joint-ventures u otras formas de asociación.

 

Existe una razón poderosa que beneficiaría la instalación de empresas italianas dedicadas a la producción de bienes industriales con tecnología e know-how, o sea con mayor valor agregado, y es que Sudamérica será junto a Asia Pacífico, las zonas de mayor crecimiento mundial.

 

Asimismo, una instalación de parte de la Pyme italiana beneficiaría mucho a la Argentina, para así poder terminar de integrarse a la industria brasileña en sectores competitivos. De esta manera, nuestro país produciría bienes con mayor valor agregado y mutaría la matriz exportadora compuesta por determinados comodities y recursos naturales primarios por exportaciones con mucho más valor agregado, especialmente en los sectores más competitivos. El crecimiento de la Pyme en la industria con aporte de tecnología y know-how, puede ser muy importante dentro del Mercosur. De ahí la trascendencia de esta “integración económica” entre Italia y la Argentina y entre Europa Meridional y Sudamérica y, dentro de ésta, con el Mercosur.

 

Sabemos que los países del Mercosur importan muchos productos para su industria de alto valor agregado. La idea consistiría justamente en bajar esta dependencia y producir estos bienes en Argentina y el resto de Sudamérica.

 

Incorporando a un socio estratégico como Italia, Argentina podría crecer mucho en determinados sectores industriales, en especial en la agroindustria, donde Argentina tiene grandes ventajas competitivas pudiéndose convertir en el gran proveedor del mundo de productos de alta calidad, además de permitir a las empresas argentinas insertarse en mayores cadenas de valor.

 

Se busca una suerte de “MADE IN ARGENTINA COMO IN ITALY”. La forma de integración de estas Pymes se puede dar a través de los famosos distritos italianos o de clusters, dependiendo de si se quiere provocar el desarrollo de una región en general o la rama de una industria para ser más productiva y competitiva. La Argentina sería para la Pyme italiana la puerta al Mercosur. Objetivamente este proyecto, de trascendencia geopolítica, requiere por parte de la Argentina, políticas que favorezcan este tipo de inversiones, ofreciendo bases sólidas para impulsarlo y concretarlo.

 

Si nuestro país pusiera en marcha un plan de estas dimensiones, podría convertirse en un gran receptor de inversión extranjera directa. Por otro lado, parte de este proyecto podría financiarse a través de los fondos argentinos radicados en el exterior, quienes se verían atraídos por la implementación de una cláusula de cobro seguro y sin riesgo argentino, mediante la constitución de un fideicomiso de la mercadería que se exporta.

 

La idea es buscar políticas comunes para la generación de proyectos productivos en territorio sudamericano que generen más trabajo y mayores riquezas para los países y sus empresas.

 

 

Sin dudas, la unión hace la fuerza. En un mundo con gran concentración de poder en pocas manos, la integración es necesaria para sobrevivir y crecer, caso contrario las crisis y/o la falta de aprovechamiento de escenarios internacionales serían un deterioro para nuestros países. La formación de comisiones integradas por expertos de ambos países para que determinen zonas a desarrollar e integren industrias, sería un primer paso, junto con políticas de apoyo - especialmente de carácter tributario, a asociaciones entre Pymes de ambos países. También debería trabajarse en forma conjunta en ciencia y tecnología, incorporando a las universidades en este proyecto y marcando ambos países los sectores que se quieran promocionar.

 

Italia puede aportar mucho en el estudio del territorio argentino para proyectar una política integrada para las zonas argentinas menos industrializadas, instalando sus Pymes y dándole a las provincias menos desarrolladas potencial de crecimiento generando una multiplicación de beneficios para todos.

 

Respecto de la creación de los centros productivos o polos de desarrollo, los que se refieran a la agroalimentación podrían ser los primeros en promoverse pudiéndose localizar varias provincias argentinas, dependiendo de la producción de alimentos que generen. La integración económica, tiene muchas posibilidades y sectores a desarrollar. Los mecanismos para lograr la misma se conciliarán mediante la celebración de acuerdos entre ambos países. De lograrse este proyecto, sería un gran triunfo para ambas naciones. Además el mismo se basa en ciertas características necesarias para ser competitivo y eficaz: tener una estrategia competitiva, cultural, recursos, gestión y mercado.

 

Buscamos el progreso de los pueblos, la generación de riqueza y trabajo, la mejora en la calidad del empleo y en la fabricación de productos con mayor valor agregado y, sobre todo, que pueblos unidos por la sangre no pueden estar desunidos, mucho menos si esa unión redundaría en beneficios para su gente.

 

En definitiva, en este proyecto lo que importa es la gente y su crecimiento, proyectando un nuevo devenir entre los ciudadanos Italianos y Argentinos. En materia económica este acuerdo significaría para la Argentina una puerta de entrada a Europa y el relanzamiento del país en el contexto internacional. Para Italia sería una solución para la competitividad de sus Pymes y la puerta de entrada al mercado Sudamericano. Desde el aspecto social la integración de ambos pueblos estrecharía los vínculos culturales y políticos, de allí la trascendencia de poner en marcha un proyecto de estas características.

 

 

Revista Desafío Exportar

Fuente: www.NetNews.com.ar

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