Martes, 24 de Diciembre de 2024 | 13:08

Un disparo a la Argentina toda

Culmina un año difícil y se avecina otro no menos complicado. Habremos aprendido la lección o volveremos como en círculos por el sendero ya transitado?

 

Al repasar los eventos políticos y económicos acontecidos durante este primer año del gobierno de Cambiemos el saldo es agridulce, aunque resulta indiscutible disimular el avance sustancial que ha sido el hecho de que los argentinos decidiéramos salir –al fin- de una suerte de  Estado demencial.

 

Mucho ya se ha reflexionado sobre el debe y el haber y podemos coincidir en los concienzudos análisis que brindan los especialistas. Lo que me cabe, entonces, es subrayar qué considero la raíz de todos los problemas que se suscitarán de aquí en adelante, de no identificar el mal que padecemos, esto es: la justicia negada.

 

Los meneos interesados en la causa Nisman confirman que aquel tiro que terminara con la vida del fiscal especial federal, fue disparado a toda la Argentina. No podemos, entonces, contentarnos con la recuperación de la labor parlamentaria ni con los colchones que tratan de rescatar a casi 13 millones de personas que están fuera del sistema.

 

Entiendo que estemos devorados por el vértigo de lo cotidiano,  yo también lo estoy, pero nuestro país convalecerá durante mucho tiempo y el dolor no se irá de golpe. Entenderlo es reconocer que el populismo siempre tiene éxito porque apela a una milagrosa cura que, por supuesto, nunca llega.

 

Otros, los más pícaros, azuzan la impaciencia por las preocupaciones cotidianas de la gente porque operan en pos de los intereses personalísimos de un plantel de políticos que eligió quedar del lado del delito probado, es más, del delito televisado. Y, es de creer que, a medida que avance la justicia con los procesamientos, los reductos vinculados con los violentos se harán notar más.

 

Son los que quieren evitar el porvenir para volver al pasado, que es un tiempo al que nunca se regresa.

 

La identificación de la justicia como el tema sobre hay que poner la lupa debiera ser la prioridad para el Gobierno Nacional, si es que su pretensión es administrar un verdadero Estado de derecho, para que no sólo lo parezca, sino para que también lo sea.  

 

Este año la justicia ha demostrado inconsistencias, intereses obligados y mucho pasado. El caso Nisman es el ejemplo vívido de la precaria balanza que esgrime la justicia, y la prueba de que parte de ella está viciada de los peores pecados lo manifiesta el hecho de que el fiscal Taiano, que investiga el caso, sigue siendo objeto del mismo tipo de amenazas que las que recibiera en vida el fiscal asesinado.

 

Sin justicia es imposible hablar de Estado. 

 

Por Lic. Marcela V. Jaimes

@MarcelaDesafio

 

Fuente: www.NetNews.com.ar

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