Volviendo a las bases. Trump y el proteccionismo

Investigadora del Centro de Estudios Económicos Argentina XXI (CEEAXXI), licenciada en Ciencias Políticas (UCA) y Magíster en Derecho y Economía (UBA)
Casi que sin verlo venir, Argentina cambió. O quizás la gente efectivamente se cansó, y hace casi un año y medio vivimos bajo el gobierno de Javier Milei. Parece que nuestro país por fin comienza a caminar a través de un sendero de normalidad económica. A pesar de haber asumido con la bandera de Gadsden colgada en los palcos, afortunadamente supieron dejarla de adorno y comenzar a gobernar, salir de la teoría y ser pragmáticos, que es lo que se espera de un buen político.
Si bien el sendero sigue siendo el del liberalismo económico, supieron construir estabilidad y política a la vieja usanza, adaptando todo a este país tan especial en el que vivimos. Pero (y acá comienzan los problemas) tenemos un drama en el gigante del norte, cuyo nombre es Donald Trump.
Un ídolo para esta nueva derecha que nació hace ya unos años, que como prometió en campaña, está intentando acorralar a su principal amenaza económica que es China. Pero en la guerra no caen solamente ellos, sino que entró el mundo entero. Y una vez que nuestro país comienza a tomar decisiones como abrir la economía al mundo, el “faro” económico que vendría a ser Estados Unidos, toma la decisión exactamente opuesta, aplicando una suerte de “peronismo americano”, para sorpresa de muchos y risa de varios. Digo risa de varios porque eso fue lo que me generó ver a los supuestos liberales en una especie de cortocircuito tratando de explicar que en realidad, imponer aranceles es de liberal y que Argentina logró algo magnífico con el arancel de sólo el 10%, una campaña medio boba al ver que eso mismo le impusieron al comunista de Boric y al socialista de Lula. Y a la vez es casi tragicómico pensar que la guía del mundo libre al que apuntábamos, de pronto nos dice “cuidado, que me cierro”.
No señores, el mundo no va hacia el liberalismo, sino que está retornando de alguna manera hacia el origen, hacia lo que Carl Schmitt definió como la pelea amigo-enemigo. No somos todos amigos viviendo en una aldea global. El realismo político nos habla de que vivimos en un mundo anárquico, sin reglas, en donde sobrevive el más fuerte, el que mejor sabe jugar. Y me pregunto si el gobierno podrá también ser pragmático en este sentido. Si bien el discurso cultural de Milei no deja dudas de que va en contra de la ideología woke, las decisiones económicas dejan ver un pequeño rezago ideológico liberal, en un momento en el que se están poniendo a prueba las leyes económicas que supimos conocer.
"si el mundo se está cerrando ¿qué haces Argentina querida, abriendo todo casi sin pensar?"
No estoy aquí desconociendo las afirmaciones más importantes de la ciencia económica, sino que las quiero aplicadas bajo su contexto. Entonces, si el mundo se está cerrando ¿qué haces Argentina querida, abriendo todo casi sin pensar? Y cuando hablo del mundo me refiero a Estados Unidos, ya que el gobierno, en política internacional, está replicando lo que se conoció en la época de Menem como “relaciones carnales” con ellos, pero sin obtener prácticamente nada a cambio (dejemos de lado al préstamos del FMI en este momento). ¿Será que en materia internacional no pueden dejar de lado la ideología? Y lo podemos ver no sólo en lo económico: en cuestiones geopolíticas también están yendo por un camino sinuoso.
Podemos recordar brevemente la afirmación de Milei el pasado 2 de abril al decir sobre los invasores de Malvinas que “anhelamos que los malvinenses decidan algún día votarnos por los pies a nosotros”, desconociendo así la posición histórica de nuestro país de no reconocer el derecho a la autodeterminación de una población implantada. No son malvinenses, sino ingleses, y no tienen derecho a ningún voto. No solamente eso sino que el gobierno también anunció la creación de una base naval en Ushuaia junto a Estados Unidos, país que apoyó abiertamente a los ingleses en 1982, en un lugar que es estratégico para nuestra proyección antártica y que más cerca queda de nuestras islas. ¿Cómo se le abren las puertas de la Patagonia a, justamente, Estados Unidos? Bueno, por ideología.
No desconozco en absoluto todos los logros que este modelo brindó a nuestro país en tan poco tiempo. Sólo me da un poco de temor que no puedan dejar de lado los manuales a la hora de aplicar política exterior, que sigan desconociendo las posiciones estratégicas históricas de nuestro país, y que esta ola de proteccionismo se lleve puesto a este proyecto tan incipiente, que tanta bonanza nos trajo y que recién empieza.
Fuente: www.NetNews.com.ar
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