En las vísperas de una buena noticia para el Comercio Exterior y el Cabotaje Argentino
-La Asociación Intermodal de América del Sur –AIMAS- impulsora dos proyectos de Ley que facilitarán la operatoria del comercio exterior y el cabotaje doméstico, logró un sólido respaldo por parte de senadores y diputados de diversos bloques políticos.
El pasado 16 de abril el Salón Juan Sábato del Consejo Superior del Rectorado de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), fue el punto de encuentro para que los directivos de AIMAS junto con los legisladores Nacionales Senador Eduardo Vischi (Corrientes), Diputado Héctor (Tito) Stefani (Tierra del Fuego) y Diputado Ramiro Fernández Patri (Formosa), profesionales y dirigentes empresariales de la industria naval, compañías navieras, comercio e industria, se dieran cita para intercambiar ideas con el fin de lograr el retiro de las barreras operativas y comerciales que las normativas burocráticas le imponen a los containers frente a otros recipientes de transporte y especialmente en el transporte de cabotaje de mercaderías del comercio nacional entre puertos argentinos.
En el intrincado entramado del comercio exterior argentino, la apertura hacia nuevos mercados internacionales resulta ser más accesible en comparación con el desafío de navegar las complejas etapas del transporte hasta el destino final de la mercancía. En nuestro país, estas dificultades hallan su raíz en la maraña burocrática, cuyas consecuencias golpean principalmente a las economías regionales, más distantes de los puertos internacionales. Si bien en la actualidad existen un sinfín de normativas, disposiciones y leyes por cambiar, AIMAS puso el foco en dos, cuya sanción lograría una mejora significativa e inmediata: la eliminación de las “fronteras interiores” aplicada a la carga contenerizada que transita por el cabotaje argentino y la segunda Ley busca que el contenedor sea declarado objeto de transporte y no mercadería como (insensatamente) es considerado en la actualidad.
Leyes perdidas en la espiral del tiempo
La mejor forma de ilustrar esta situación, es a través de un ejemplo concreto. Ya que resulta paradójico pensar que en pleno 2024, los legisladores aún deban destinar su tiempo y esfuerzo en derogar dos leyes y aprobar otras dos, cuando una de ellas data de fines de la dictadura militar, mientras la otra, es resultante de la vigencia de un Código Aduanero obsoleto, cuya redacción se remonta a las necesidades y contextos de otros tiempos, y además su aplicación resulta ser inconstitucional frente a la carga doméstica que transita por barco.
Jorge de Mendonça, Presidente de AIMAS ejemplifica la situación: “Cuando tomamos un colectivo, un tren, un avión o un camión nadie nos detiene en cada cambio de jurisdicción o en cada provincia para hacer trámites aduaneros ¿verdad? Bueno en la carga por barco/barcaza una mercadería que sale del puerto de Dock Sud hacia Puerto La Plata tiene que hacer dos veces aduana: una de exportación y luego otra de importación.” Así de absurda es la situación.
Gracias a trabas como éstas, el transporte fluvial de cabotaje que ya ostenta la vergonzosa cifra de transportar el 1% de la mercadería argentina que circula por la hidrovía, en un año perdió 13 de las 38 embarcaciones que quedaban en la bandera argentina.
La piel que protege la carga
En el caso del container, la Ley busca que deje de ser considerado una mercadería, sí leyó bien, y pase a ser una unidad de transporte, que es lo que realmente es. Si se considerase unidad de transporte, cómo la ha hecho Europa en octubre de 2023, favorecería el movimiento de cabotaje y el crecimiento de la Marina Mercante toda vez que cuando está vacío se podría transportar entre puertos sin ser considerado carga, sino parte o extensión de la bodega. También la Ley haría justicia impositiva, dejándolo de ser objeto de tasas e impuestos por parte del Estado y de privados. Cabe destacar que cualquier otro tipo de recipiente utilizado para el transporte de mercaderías, un cajón plástico, de aluminio o de madera, sí es considerado una unidad de transporte.
Como bonus track, ambas leyes podrían tener un efecto replicante en todo el continente americano, favoreciendo el cabotaje regional.
Más movimiento de cabotaje, menos barreras burocráticas, más ganancia para todos los actores de la cadena del comercio exterior, más integración, más desarrollo para las economías regionales, ¿Podrán las Cámaras de Diputados y Senadores estar a la altura de las circunstancias, dejando las roscas políticas de lado por un momento, y aprobar en simultáneo dos Leyes que beneficien a todo?
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