Domingo, 22 de Diciembre de 2024 | 02:08

La importancia de importar

Fernando Furci Por Fernando Furci
Gerente General de la Cámara de Importadores de la República Argentina C.I.R.A

Analizar las importaciones con espíritu constructivo permite comprender su importancia en la matriz productiva nacional. El crecimiento de la actividad económica y la recuperación de las importaciones mantienen una relación directa, proyectando sus efectos sobre el crecimiento de la industria nacional -principal cliente de la importación-, mejorando su competitividad y oportunidades de exportación y propiciando condiciones de negociaciones internacionales que podrían expandir la apertura de nuevos mercados, la consolidación de los existentes y el equilibro de las tan necesitadas divisas.

Esta matriz no solo se limita a las manufacturas de origen industrial: la importación también tiene un rol destacado en la conformación de los costos agropecuarios y en la actividad agroindustrial, principales generadores de dólares en nuestro país. Por último, la diversidad de los mercados mundiales nos permite acceder a un amplio abanico de consumo que complementa las necesidades de todos los argentinos.

 

Con estas afirmaciones, resumimos que: limitar importaciones restringe la capacidad para producir. Las importaciones argentinas se componen primordialmente de bienes que se usan para la producción: el 86% representa bienes intermedios, bienes de capital o combustibles. Los bienes de consumo representan solo el 11,5% y en 2021 marcaron el menor valor de los últimos seis años.

 

Según comparaciones basadas en datos de la CEPAL, las importaciones de la Argentina rondan solo en el 5,5% del total de las importaciones de Latinoamérica.  Realizando un análisis de forma absoluta (dólares corrientes) nuestro país, en 2021 y aun con su recuperación de las importaciones, se mantuvo con niveles menores en relación a otras economías de la región como México y Brasil, aunque también en niveles menores que las de una economía más pequeña en PBI como Chile.

 

En términos relativos a su economía, la Argentina se ubica entre las de menor porcentaje de importación respecto de su PBI en comparación con el resto del mundo, entrando o saliendo del podio de forma conjunta con Brasil, con una ratio de entre 13 y 15% del PBI, dependiendo del ciclo económico en el que se encuentre.

 

Otra forma de verlo es que la Argentina, según datos del Banco Mundial, es la economía nro. 30 del mundo; pero es el 44vo país exportador mundial de bienes, y el 54vo país importador de bienes; y es el 51er país exportador de servicios; y el 45vo importador mundial de servicios. Más simple aún: exportamos más de lo que importamos.

Esta situación nos pone ante importantes dificultades para participar en las cadenas internacionales de valor. La escasa generación de valor que obstaculiza una mejor oferta exportable podría darse, entre otras causas, por la baja incorporación de tecnología, la escasa inversión en estándares internacionales y debido a la poca incorporación de insumos calificados o de partes, accesorios o piezas que se originen en redes productivas internacionales de calidad. Es decir, limitar importaciones afecta la capacidad de exportar.

 

SOBRE LA IMPORTACIÓN DE ENERGÍA

Considerando la totalidad de los pagos de importaciones, en la actualidad se destaca el incremento de aquellos relacionados al rubro energía (petróleo, electricidad y gas). De acuerdo con datos del BCRA (Informe de Evolución del mercado de cambios y balance cambiario), los pagos totales de importaciones se incrementaron de US$ 16.444 millones en el primer cuatrimestre de 2021 a US$ 21.869 millones en el primer cuatrimestre de 2022.  Los pagos de energía explicaron el 40% de ese aumento.

En efecto, considerando las importaciones por sector económico, los pagos por importación de energía pasaron de US$ 1.396 millones en período enero-abril de 2021 a US$ 3.582 millones en el mismo período de 2022, lo que significó una suba de US$ 2.186 millones. Otros sectores que contribuyeron al aumento de los pagos de importaciones, vinculados al mayor nivel de la actividad económica que presentó la Argentina en 2022, fueron la industria química, caucho y plástico; maquinarias y equipos; metales y otros de la industria manufacturera). Todas importaciones relacionadas con la actividad productiva.

 

SOBRE EL NIVEL DE ACTIVIDAD

Es importante resaltar que la evolución de las importaciones está asociada positivamente al PBI: cuando el PBI se incrementa, las cantidades importadas suben más que proporcionalmente, dado que la elasticidad ingreso de las importaciones es mayor a uno (se ubicó en 2,9 en promedio en el período 2005-2021, en precios constantes). O sea, por cada punto de crecimiento del PBI, la importación creció 2,9 puntos, en promedio.

Considerando que el PBI de la Argentina subió 10,3% en 2021 y 6,1% en el primer trimestre de 2022 (según el EMAE), y luego de tres años consecutivos de recesión (2018 con -2,6%; 2019 con -2,0% y 2020 con -10,2% por efecto de la pandemia) y tras haber alcanzado un mínimo de valor importado de US$ 42.356 millones en 2020, el valor de las importaciones se está recuperando desde 2021, donde los pagos al exterior alcanzaron un total de US$ 63.184 millones. Este monto sigue lejos de los máximos relativos de los años 2013 (US$ 74.442 millones) y 2011 (US$ 73.961 millones), de acuerdo con el INDEC.

 

"Las asignaciones de cupos a las importaciones para forzar un mayor superávit desalientan la inversión, la competencia y afectan el nivel de actividad y la inflación"

 

 

Por otro lado, el aumento de las importaciones está directamente relacionado con la suba de las exportaciones de manufacturas industriales de 39,6% en el primer cuatrimestre de 2022 (según información del INDEC). En particular, se destacan las mayores cantidades de los principales rubros de las manufacturas industriales y el significativo aumento en las exportaciones de autos, que impacta en la necesidad de incorporar autopartes no producidas en el país. También es relevante el incremento en las exportaciones de productos químicos, materias plásticas, máquinas y aparatos que explican las mayores importaciones de insumos, materias primas y partes y piezas no producidas en el país.

 

PRECIOS INTERNACIONALES

Por otro lado, la recuperación del valor comerciado en Argentina se ve impulsada por el precio internacional de commodities y por una suba significativa de la inflación internacional (la OCDE proyecta una inflación anual de 7,04% en Estados Unidos y de 8,77% en países de la OCDE para 2022). La recuperación global después de la pandemia a mediados de 2021 impulsó el alza de los precios de materias primas, que experimentó un nuevo salto desde febrero 2022 con la invasión rusa a Ucrania.

En efecto, de acuerdo con los indicadores del FMI, el precio del petróleo en abril de 2022 se ubicaba 65% por encima del nivel de diciembre de 2019 (pre-pandemia) y el de precios agrícolas 49%. En ese marco, el índice de precios de las importaciones argentinas se ubicó en el primer cuatrimestre de 2022, 16,5% por encima del mismo período del año previo y también por encima de todos los promedios anuales entre 2015 y 2021.

Entre diciembre de 2020 y el 14 de junio de 2022, el tipo de cambio real multilateral se apreció 24,1%, debido a una inflación mayor a la variación del tipo de cambio nominal, en comparación con los socios comerciales. Las asignaciones de cupos a las importaciones para forzar un mayor superávit desalientan la inversión, la competencia y afectan el nivel de actividad y la inflación.

 

LAS MEDIDAS CAMBIARIAS Y EL COMERCIO EXTERIOR

Una problemática persistente para los empresarios es la incertidumbre respecto de los pagos al exterior que no pueden efectuarse, debido a la falta de reservas y a una falta de direccionamiento claro que de cuenta del mejor camino para la toma de decisiones. Las empresas necesitan cumplimentar con las obligaciones contraídas con los proveedores del exterior y, para ello, el Banco Central debe ser específico respecto de este punto, teniendo en cuenta que no se debe “legislar hacia atrás”, cambiando las reglas de juego sobre la marcha, con todos los efectos negativos que ello implica.

Esta situación de incertidumbre que empeora el clima de expectativas de negocios con la Argentina, pone a los proveedores internacionales y también a los clientes que tiene nuestro país, a quienes exportamos a cambio de las tan ansiadas divisas, en una situación de desconfianza y desazón generalizada que empeora cualquier condición de negociación posible entre privados. Importar, producir y venderle al mundo necesita estabilidad y es ese requisito final, único e irrepetible por el que siempre bregamos. No hay exportación ni industria productiva, sin importación.

La importación es la variable de ajuste, pero no es el problema de fondo, ni en su restricción está la solución.  La industria nacional -nuestro principal cliente- el comercio, el consumo y los servicios, necesitan de las importaciones para mantener su maquinaria productiva.

 

Desafío Exportar Agosto

 

Fuente: www.NetNews.com.ar

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