Es Enero y ya estamos agotados: El después del estrés de fin de año
Se ha terminado diciembre. Un mes lleno de celebraciones pero también de corridas, obligaciones y balances. Las fiestas y el fin de año son en general para muchos una gran fuente de estrés y esto deja en el cuerpo y en la mente, una sensación general de cansancio.
Pero ¿qué es el estrés? ¿Por qué nos estresamos? ¿Estresarse es siempre malo? ¿Cuáles son los efectos del estrés en nuestro cuerpo y en nuestra mente? ¿Puedo hacer algo para evitarlo? De eso, y de algunas cosas más hablaremos en las siguientes líneas.
Lo primero que vamos a decir, es que el estrés tiene mala prensa, porque no siempre es necesariamente malo. De hecho, los mecanismos que se activan durante el estrés están originalmente diseñados por la evolución para protegernos, a nosotros y a nuestra especie. Sí, el estrés es un mecanismo del cuerpo y de la mente que tiene el objetivo de prepararnos para enfrentar de manera óptima las demandas y exigencias del ambiente. Así, puede decirse que el estrés consiste en un grupo de reacciones fisiológicas, que tienen como fin aumentar la cantidad de energía disponible para responder a una situación desafiante y lograr así una mejor adaptación al ambiente. De esta forma, la ciencia indica que el estrés tiene en su forma original una función adaptativa, ya que nos prepara para enfrentarnos a las situaciones nuevas y desafiantes que nos propone el ambiente.
Es cierto, que cuando el estrés se sostiene en el tiempo y las demandas externas son percibidas como excesivas, sintiendo que más allá de esta energía extra no puedo resolver los desafíos que el trabajo o la familia nos proponen, ese mecanismo originalmente positivo puede tornarse negativo y traer efectos detrimentales a nuestro cuerpo y a nuestra mente. Este estrés negativo, el que no nos ayuda sino que nos pone obstáculos es el que se llama distrés. Así, científicamente este tipo de estrés se entiende como como una sensación percibida de que las demandas desbordan nuestros recursos, ya no favoreciendo, sino más bien poniendo ahora en peligro nuestro bienestar.
¿Cómo puedo darme cuenta si estoy estresado?
El estrés se manifiesta en diferentes niveles. A nivel del cuerpo pueden evidenciarse dolores diversos, contracturas, tensión muscular, trastornos digestivos, disminución de las defensas, hipertensión y cansancio, entre algunos otros. En lo que a las emociones respecta, es frecuente que aparezca irritabilidad, que tengamos más dificultades en controlar nuestros impulsos y que nos cueste regular nuestras emociones. También pueden aparecer sentimientos de frustración, bronca, tristeza o ansiedad. A nivel cognitivo puede haber disminución de la atención y la memoria, enlentecimiento de las funciones intelectuales, sensación de mente en blanco y dificultades en la resolución de problemas. A nivel de la conducta, puede manifestarse con una tendencia a aislarse de los afectos y a tomar conductas de riesgo como la conducción imprudente o la ocurrencia en distintos tipos de abusos como sustancias, medicamentos, alcohol, comida o tabaco.
Y ¿Qué pasa con el estrés a nivel cerebral?
Cuando estamos bajo estrés se liberan en nuestro cuerpo sustancias que actúan a nivel cerebral. Así, el estrés produce el aumento de glucocorticoides en el cerebro lo que puede afectar al mismo cuando se sostiene a largo plazo. Así, los glucocorticoides actúan en áreas relevantes para la memoria, como el hipocampo, y para la resolución de problemas, como la corteza prefrontal, lo que se cree está en la base de las dificultades de memoria y cognitivas que presentamos cuando estamos estresados. En general estos efectos del estrés pueden ser reversibles, pero si se sostienen en el tiempo pueden traer consigo consecuencias más difíciles de tratar. Por esta, y por otras razones es fundamental poder detectar el estrés a tiempo y buscar herramientas que nos ayuden a manejarlo y disminuirlo.
¿Existen pruebas que puedan determinar de manera objetiva mis niveles de estrés?
Sí, existen cuestionarios que permiten evaluar el nivel de estrés de cada persona y pruebas neuropsicológicas que pueden determinar cómo estamos funcionando mentalmente. Así, puede distinguirse un funcionamiento de la memoria normal de uno anormal pudiéndose a partir de allí sugerirse las estrategias adecuadas de tratamiento.
¿Puede hacerse algo para evitar el estrés?
Sí, existen diferentes estrategias para manejar y, aún mejor, para prevenir el estrés. Por eso, cuando nos sentimos estresados y sentimos que no estamos pudiendo abordar las demandas del ambiente, es importante buscar ayuda profesional. En primer lugar, podremos identificar si estamos sufriendo de estrés patológico o de alguna otra condición, y tras ellos se identificarán las posibles intervenciones para el tratamiento del problema. Así, la reducción del estrés puede implicar en su abordaje, no sólo la disminución de tensión a través del uso de técnicas de relajación, sino también la renovación de los recursos disponibles para enfrentar las situaciones demandantes. Así, pueden desarrollarse herramientas cognitivos, emocionales y comportamentales que nos permitirán manejar de una manera más saludable las demandas ambientales y prevengan su desarrollo.
Por
María Roca, Coordinadora del Programa de Chequeo de Memoria y Estrés de INECO.
Fernanda Giralt Font, Coordinadora del Programa de Estrategias de Manejo del Estrés de Ineco.
Fuente: www.NetNews.com.ar
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