La gestión del transporte de cargas
Dr. Luis Alberto Abot. Abogado especializado en transporte y puertos. Ex Subsecretario de Actividades Portuarias de la Provincia de Buenos Aires y Presidente Alterno de la Comisión Interamericana de Puertos de la OEA
Entendemos relevante enfocar la gestión del Transporte de Cargas como prioritaria para procurar prosperidad económica sustentable.
La incidencia del avance tecnológico en la logística facilita la tarea y abre un amplio menú de oportunidades ventajosas para el crecimiento y desarrollo de la economía. En especial, si aplicamos ese insumo tan propio de los argentinos como es la creatividad y la capacidad inventiva, que debiéramos complementar con planificación y disciplina.
Argentina presenta serias deficiencias relacionadas con la competitividad, que además de ser muy evidentes en la economía real, la ubican por debajo de la posición 100º en el ranking del Foro Económico Mundial. Teniendo presente que los países rankeados son 138, hay mucho que trabajar para mejorar la calidad de la administración de los recursos.
La baja productividad argentina tiene una causalidad compleja de raigambre no estrictamente económica. La debilidad de las instituciones financieras, los magros resultados del sistema educativo y de la capacitación laboral, el alto porcentaje de economía informal, la falta de seguridad jurídica que provoca el desapego a la aplicación de la normativa vigente, el carácter regresivo del sistema tributario impositivo y la falta de planificación constituyen el núcleo primario de esos ingredientes causales.
Las características geográficas y productivas argentinas hacen que los productos deban recorrer grandes distancias para llegar a los consumidores, ya sea los del mercado interno o de los mercados de la región o del resto del mundo. En razón de ello, el transporte de las mercaderías adquiere la entidad de insumo determinante, por su alto impacto negativo en los costos de producción.
El transporte de las cargas argentinas requiere una logística que involucra a todos los modos de transporte, para armonizar la utilización de cada uno de ellos en el segmento de su mayor efectividad, en razón de la distancia, de las características de las mercancías transportadas, de los perfiles de consumidores y modalidades de mercados, del cuidado ambiental y de los costos y precios competitivos.
La infraestructura del transporte argentino es altamente deficitaria. En la actualidad, todas las áreas presentan dificultades materiales, operativas, funcionales e institucionales.
La red vial es obsoleta y se encuentra en mal estado. El sistema portuario presenta instalaciones desactualizadas, en mal estado de uso y conservación, sin mantenimiento, muchas de ellas en desuso. El ferrocarril de carga, en situación similar. La asimetría de la relación intermodal impacta negativamente en la logística del transporte de cargas y colapsa especialmente la infraestructura vial, en el tránsito y otras externalidades urbanas.
Los argentinos tenemos propensión a soluciones normativas nuevas para problemas que pueden encuadrarse perfectamente con la legislación vigente y que con la sola aplicación de la misma podrían empezar a encaminarse. En nuestra opinión, hay necesidad de mejorar la normativa del transporte, pero no es la cuestión esencial, sino que lo urgente e importante es ejecutar un plan de gestión, anclado en una política de transporte nacional, de características federal y regional, que integre la participación de la empresa privada junto a la gestión del Estado para la armonización de todos los modos de transporte.
El sistema portuario articula de modo natural la cadena del negocio del transporte, mediante la universalidad de cada puerto como nodo esencial de esa cadena de suministros, en el que los procesos se eslabonan interactuando especialmente y con mayor intensidad.
Nuestra opinión es que tenemos que propender a administrar el sistema de transporte de manera profesional y eficiente, y lograr el óptimo de cada proceso para darle complementariedad a cada segmento y competitividad al sistema.
En ese marco, proponemos balancear la participación modal, que en la actualidad se aleja de lo ideal, por ejemplo la relación tren / camión es 4% y 96%, respectivamente. Muy poco apropiada para un país de las características del nuestro.
Si se contara con un plan de gestión o con voluntad política de dinamizar el área, existe la posibilidad de aplicar las herramientas institucionales existentes para incorporar a la empresa privada para la prestación de servicios logísticos, la reparación y construcción de instalaciones y otras obras.
Mediante el sistema de peaje, muchos tramos ferroviarios podrían ser reparados, mantenidos y administrados por empresas constructoras y utilizados por quienes transportan carga y/o se dedican a la logística. Como esa área del mercado tiene la necesidad de que el tren llegue al muelle, administrando cada uno el negocio que conoce, con un adecuado control del Estado, seguramente la ecuación económica será equilibrada para que las obras se realicen de manera sustentable y con rentabilidad adecuada.
En ese sentido, hay interés privado para desarrollar proyectos en la Hidrovía Paraguay-Paraná, motivado en la demanda paraguaya, boliviana y del sur de Brasil para el quiebre fluviomarítimo de las importaciones y exportaciones del MERCOSUR. Con las herramientas legales vigentes se pueden encuadrar esos proyectos y, oportunamente, mejorar la normativa administrativa en materia aduanera, especialmente, para atender las cargas en tránsito, o la normativa de protección ambiental y seguridad de la navegación, para alcanzar los estándares internacionales, en especial en materia de seguros.
Estamos en un momento que puede ser el comienzo de una etapa de crecimiento y desarrollo del sector que puede beneficiar a toda la comunidad y generar prosperidad económica mediante la generación de empleo de calidad por aumento de la producción como consecuencia de mejorar los servicios y bajar los costos. Pero todo dependerá de estar a la altura de las circunstancias y empujar el destino para superar satisfactoriamente y a la mayor brevedad esta etapa que algunos analistas y operadores vienen definiendo como “wait and see”, desde antes de las elecciones del año pasado.
Es necesario que se tomen las decisiones y medidas que permitan superar la cautela de esperar y ver, para consolidar la economía y tentar la inversión privada, empezando por el empresariado local, como señal inequívoca de confianza para los inversores extranjeros.
Fuente: www.NetNews.com.ar
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