Federico Contessi : Su vida, sus barcos
En el mismo día de su cumpleaños número 85, el fundador del astillero más importante de Mar del Plata, presentó su libro biográfico, el cual resume parte de la historia de la pesca y de la industria naval de esta ciudad.
Un día domingo, de vacaciones en Mar del Plata, escuché por radio que se había incendiado el astillero de Federico Contessi. En esos momentos yo vivía en un modesto chalet de Playa Grande. Desayuné, subí al auto y fui al astillero.
No conocía a Federico Contessi, si al astillero por referencias, dado que dirigía y editaba el semanario Industria Naval. Me presenté ante Contessi quien a pesar del siniestro me atendió dentro de la cordialidad propia del momento.
Contessi caminaba por las ruinas humeantes del astillero y yo a su lado. Atribuía a un milagro que cuatro buques de madera que estaban reparándose no fueran alcanzados por las llamas. Fue una verdadera desgracia con suerte.
Todo indicaba que sería irrecuperable el astillero. El dinero necesario para reparar las instalaciones y comprar equipos parecía inalcanzable.
Federico gran creyente de la fe católica, lo mismo que su familia, se abrazan a su fe para tener las fuerzas para caer nueve veces y levantarse diez. Es un Ave Fénix, tanto es así que las sillas de su salón de directorio tienen talladas a mano dicha Ave, como símbolo de la historia de la empresa.
Federico recuperó de entre las ruinas una máquina de escribir Olivetti, que atesora, y la tiene presente como parte de su historia, y que forma parte del pequeño museo de los recuerdos del astillero. Desde ese día nos hicimos amigos.
El libro que gentilmente Alejandra Contessi me hizo llegar, narra la vida de Federico Contessi, su astillero y sus barcos. Excelentemente bien narrado y editado. Veraz, auténtico, doy fe dado que viví junto a él varios episodios: algunos felices y otros desgraciados. Federico se negaba a “coimear” a las autoridades para obtener permisos de pesca y permitirle la venta de los barcos, una exigencia de los armadores. Mientras deambulaba de despacho en despacho sin éxito, otros astilleros entregaban sus buques sin dificultad.
Un día lo acompañé a la subsecretaría de Pesca en la cual nos recibió su titular. Este creyó que yo era miembro del astillero por lo que hablaba en forma muy suelta. En un momento de la conversación me preguntó que lugar desempeñaba yo en el astillero. Cuando le expliqué, que era periodista, que dirigía el semanario Industria Naval, cambió de color, adujo que salía un momento y no regresó. Su secretaria nos dijo que lo habían llamado urgente de la superioridad y que no volvería.
Era una constante tener dificultades con todos los buques que se construían en el astillero.
Las instalaciones de la empresa eran codiciadas por gente inescrupulosa que lo perseguía desde el Ente Administrador del Puerto, litigio que perseguía desalojarlo del predio donde se han invertido millones de dólares, convirtiendo una zona arrasada por el fuego en el astillero privado más importante del país. Un día el gobernador Daniel Scioli visitó el astillero, al que se lo impuso de todas las presiones e injusticias que estaban soportando por gente que dependía de él en el Ente Administrador del puerto. Por ejemplo, otros astilleros con el doble de territorio pagaban un canon que significaba la tercera parte que le exigían a Contesssi, compartiendo el mismo puerto.
Pero volviendo al libro, lo recomiendo, resulta amena su lectura, en la que repasa la vida y obra de “Don Federico”, un constructor naval que hizo historia en la Industria Naval Argentina y la cual merece ser contada.
Por Richard Leslie Ramsay
Fuente: www.NetNews.com.ar
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