La Mordida del Mar
Un nuevo escándalo de corrupción salpica al negocio naviero. La denuncia fue presentada hace un mes por Miguel Doñate, un empresario del sector que se acercó a la Oficina Anticorrupción y a Enarsa con inobjetables probanzas documentales
Habla de funcionarios complicados cercanos al Ministro Guillermo Dietrich. “El ministro tiene la información”, dice Miguel Doñate para diluir el enigma. “Le dejé 2 carpetas y voy a seguir en diputados. Creo que Dietrich ya está poniendo en duda todas sus certezas sobre su equipo. Que no es tan de lujo, ni tan equipo”, describe el titular de Servicios Marítimos, quien denunció un nuevo hecho de corrupción hace más de un mes, tanto en Enarsa como ante la Oficina Anticorrupción.
“Creo que diputados pedirá informes sobre por qué no se avanzó con el tema”, agrega Doñate, y anticipa que hablará con Elisa Carrió, como ya lo hizo en oportunidad del caso Omar “Caballo” Suárez.
“Dietrich confía en sus asesores y compró esto. Yo hablé con Jorge Lanata y él salió a decir que el dueño de Meridian fue el denunciante de Suárez. Dietrich dijo que Jorge Samarine era un tipo honesto porque denunció que Suárez lo amenazaba! Es una amenaza que le haya enviado una tarjeta para el día del amigo en la que un caballo saludaba a un perro? Era algo que recibió el 80% del ambiente marítimo. Yo no, porque no era amigo de Suárez”.
En realidad, al momento que el titular de la empresa denunciada recibía esa supuesta amenaza, Samarine se hallaba firmando contratos convenio por las tripulaciones fantasmas con el propio Suárez. Entonces, “por qué Suárez sería su enemigo?”, interpela con lógica el empresario Miguel Doñate.
El hecho
Durante 6 años consecutivos, la Agencia Marítima Argentina Meridian -que debía cobrar 4500 dólares de honorarios por servicios-, adicionalmente obtuvo 154 mil dólares por bonificaciones o retornos que tendría que haber cobrado Enarsa.
Las multiplicaciones quedan a cargo del lector. El negocio significaba por cada buque una cifra no menor a los 700 mil dólares, de un total de 100 navíos al año.
Hace poco, dicha empresa volvió a ser adjudicataria del mismo negocio, pero ésta vez, en el Gobierno de Macri y a través de una licitación.
“Nos resultó chocante”, confiesa Doñate. “Hicimos la denuncia ante la Oficina Anticorrupción. Tenemos las pruebas, las facturas y notas de crédito que explican la maniobra”, se envalentona y comienza a narrar una estafa al Estado como tantas otras.
“Con los gaseros hubo dos curros grandes”, comienza a relatar Doñati, tratando de clarificar el panorama. “Uno, la compra de gas, a nivel del ex Min. Julio De Vido. El otro, con los servicios, que era de una escala menor. Allí estaban Ezequiel Espinosa y la Agencia Meridian”, asegura.
La maniobra
Como se sabe, cuando un buque llega al país necesita contratar servicios de practicaje, remolcadores, autoridades, lanchas de amarre. Como para el armador estos servicios representan una cifra sideral de alrededor de 700 mil dólares por buque, Enarsa, la empresa energética argentina, propuso un pago de 60 mil dólares por esos conceptos, haciéndose cargo del resto, unos 540 mil dólares, aproximadamente.
Recordemos que Enarsa contrataba en forma directa a la empresa Meridian y que estamos hablando de 100 buques al año por montos de entre 600 y 700 mil dólares por cada buque y desde el año 2008 hasta ahora.
El circuito que suponía la operatoria
Doñate explica cómo debieron haber sido las cosas según la propuesta de Enarsa.
Morgan Stanley, en Estados Unidos, era el transportista extranjero; Meridian, la agencia marítima argentina y, Enarsa, la institución del Estado que pagaba a los proveedores de servicios.
De acuerdo al esquema convenido, la operatoria debía hacer el siguiente recorrido: “Meridian le tenía que facturar a Morgan Stanley los 60 mil dólares; Morgan Stanley tenía que pagar -vía Banco Central- los 60 mil dólares, pero, como el precio real era mucho mayor, Meridian debió haber hecho una factura a Enarsa por la proforma del gasto real, unos 597 mil dólares, menos las bonificaciones (60 mil dólares), resultando así una factura de 383 mil dólares. A su vez, Enarsa tendría que haberle pagado a Meridian 383 mil dólares y ésta, a su vez, pagar a los proveedores los 443 mil dólares, 383 mil dólares más los 60 mil dólares que ya había pagado Morgan Stanley”, explica el titular de Servicios Marítimos.
Cómo hubiera terminado el costo total para Enarsa? “383 mil dólares para el Estado, con un costo de 60 mil dólares para Morgan Stanley y 4500 dólares de honorarios para Meridian”, grafica con solvencia el empresario argentino.
El circuito real de la maniobra
Ahora bien, con los mismos actores, ubicados éstos en los mismos terrenos, la operatoria real de la maniobra necesitó de la incorporación de un ingrediente más: una cuenta de Meridian en los Estados Unidos.
En oposición al ejercicio anterior, en los hechos, Meridian le enviaba una proforma a Morgan Stanley en Estados Unidos por 597 mil dólares para que la aprobara. “Por qué?”, se pregunta Miguel Doñate. “Qué raro, no?, si Morgan tenía que pagar 60 mil dólares!”.
Qué hacía Morgan? Cuál era la respuesta? “Morgan giraba los 597 mil dólares a la cuenta de Meridian en Estados Unidos”. Pero, por qué pagaba de más si tenía que pagar sólo 60 mil dólares, eran tontos? “No -contesta Doñate- facturaban a Enarsa los 597 mil dólares, menos los 60 mil dólares, y Enarsa cancelaba ese monto a Morgan Stanley. A su vez, Meridian le pagaba de la cuenta en el extranjero a los proveedores, descontadas las bonificaciones”.
Y, cómo termina la operatoria? Doñate comienza a desglosar: “a diferencia del caso anterior, el costo para Enarsa era de 537 mil dólares, cuando tenía que ser de 383 mil. El costo para Morgan Stanley era de 60 mil dólares y Meridian recibía 4500 dólares en concepto de honorarios más los 154 mil dólares de retorno por buque ingresado”, resume el denunciante de otra mordida, esta vez, en el mar.
Por Marcela V Jaimes
@MarcelaDesafio
Fuente: www.NetNews.com.ar
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