Miércoles, 25 de Diciembre de 2024 | 02:14

Es el conocimiento lo que determina el nivel de ingreso

El ministro de Ciencia participó la V Jornada de Investigación y Extensión de la Universidad de Belgrano, que tiene como fin impactar en el aprendizaje de los estudiantes. En esta edición, la temática puso foco en la pobreza, en donde destacados especialistas como Abel Albino se refirieron a la lucha integral contra ese flagelo.

El ministro Barañao puso ensamblar con profundad la vinculación existente entre la ciencia, el desarrollo, el empleo y la pobreza. Comenzó diciendo que las motivaciones del hombre son las mismas desde la época de las cavernas porque es allí donde nace la curiosidad, tan emparentada con la experiencia científica. “Allí surge la curiosidad, que es lo opuesto al miedo”, pronunció el doctor en química. “Hay otras motivaciones, como las estéticas, la abstracción de la simetría”, para deslizar luego: “sobrevivimos porque innovamos”.

 

La innovación es esencial para la supervivencia del hombre moderno, que creció gradualmente. Su contracara fue el hombre de Neanderthal, que durante 250 hizo la mima lanza, y por eso desapareció.

 

Luego de hacer un repaso por los principales científicos que marcaron la historia, se detuvo en Pasteur, el modelo, su modelo de política aplicada a la ciencia. “Es el modelo a seguir porque para Pasteur la ciencia básica se inspira en el uso”, dijo el funcionario nacional que heredó con gusto el nuevo Gobierno.

 

 

De este modo comentó que la política de uso en los desarrollos la dio sin dudas el Genoma Humano, cuyo descubrimiento no aconteció en un instituto genético sino en la industria nuclear, armamentista.

 

Ahondando, Barañao explicó que “es necesario convertir el conocimiento en riqueza, porque es el conocimiento lo que determina la distribución del ingreso. Por eso hay que reconvertir la matriz productiva. Las económicas que se basan en el conocimiento tienden a distribuir más equitativamente”.

 

 

Más tarde explicó nuestra propia experiencia con la ciencia. “Antes la ciencia tenía cierto grado de amateurismo. Siempre había un mecenas y un concepto de la meritocracia; hasta que Houssay crea en 1958 el CONICET y la carrera de investigador. Con el Golpe de Estado los científicos -que pensaban y por eso eran peligrosos- dejaron de enseñar y se exiliaron. En los ´80 se trató de democratizar la ciencia; en los ´90 se creó la Agencia, con escasa inversión, y, en 2003, comienza una recomposición que, en 2007, culmina con la creación de un misterio cuyo sentido es el de profundizar la ciencia, con un investigador que sienta su responsabilidad social. La repatriación de científicos a través del programa Raíces, hace que hoy tengamos una planta de 23 mil personas que vinculamos con las empresas para formar consorcios públicos-privados. El problema es el trabajo que cada dia tiene mas forma de U, en donde en un punto se encuentra el empresario, abajo, la computadora y, en el otro extremo, un empleada doméstico.    

 

 

En ese sentido, Barañao se refirió al compromiso social de los científicos en cuanto a contribuir al desarrollo argentino, “que debería ser aún más importante que la responsabilidad social empresaria”. Por último, el titular de la cartera de Ciencia cerró su exposición argumentado: “Más allá de la distinta visión ideológica y política sobre cómo llegar a que la gente viva mejor, todos los caminos necesitan de la ciencia y la tecnología. Hoy en día, los países a los que le va bien son los que apoyan estas actividades, por lo tanto no debería sorprender que luego de un cambio de gobierno la ciencia y la tecnología continúen siendo una prioridad”.

 

Por Lic. Marcela V. Jaimes.

Fuente: @NetNewsArg

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