Mileinomics: Un programa disruptivo.

Dr. En Economía, (ESEADE). Magíster en Economía y Administración, (ESEADE).
A principios de la década de los 80s los analistas mundiales se vieron desafiados por un nuevo paradigma, en lo referido a los programas económicos para el crecimiento y la prosperidad. La llegada de Ronald Reagan a la primera magistratura de su país, convirtió al 40mo presidente de los Estados Unidos en el estratega de una nueva forma de enfrentar la estanflación, es decir el estancamiento con inflación. Buscando reducir los impuestos e incrementando la productividad...
Y condenó al olvido a teorías en extremo equivocadas, como la curva de Phillips. Esa falacia armada a partir de una lógica correlación entre salarios nominales y desempleo, que había construido Alban William Housego Phillips, más conocido cono Bill Phillips. Y que los keynesianos deformaron, reemplazando una de las variables: salarios nominales, por otra que exhibía una alta correlación, es decir inflación. Desvirtuando completamente las conclusiones.
Se terminaban las recetas mágicas para generar crecimiento y desarrollo. Y si algo se le puede criticar a las políticas de Reagan, que se centraban en el equilibrio fiscal, es que no haya bajado más el nivel de gasto del estado.
Estas reflexiones nos traen al momento actual, precisamente porque el gobierno que asumió en Argentina el 10/12/23, ha sostenido en estos 15 meses que la prioridad para el despegue argentino radica primeramente en el equilibrio fiscal. Para, luego de equilibrar el gasto con los ingresos, en una primera instancia, avanzar en la disminución de los impuestos y del peso del estado sobre el sector productivo. Todo esto ya había sido expuesto por Armando Ribas, hacen más de 40 años.
El gobierno impulsa una dinámica económica absolutamente disruptiva y lleva adelante un plan que no tiene ninguna similitud con nada de lo que se ha hecho en los últimos 50 o 60 años. Primero erradicar el déficit fiscal. Y conforme va equilibrando las cuentas, implementar una reducción de la presión fiscal concreta.
Ya ha eliminado retenciones a las exportaciones de muchos productos de economías regionales, ha reducido las alícuotas de los principales productos de exportación, ha eliminado el impuesto PAIS y los que gravaban las compras vía Courier. Y la lista sigue.
El actual gobierno pretende reducir, no solo las alícuotas, sino también el número de impuestos, terminar con la complejidad del sistema tributario y devolver a las provincias sus facultades impositivas, arrebatadas por sucesivas reformas, implementadas por gobiernos de facto, o por gobiernos fuertemente estatistas, inspirados en los militares.
"La gestión monetaria y cambiaria apunta a terminar con la costumbre de que la solución a todo sea devaluar"
En forma urgente debe avanzar en la eliminación de las restricciones cambiarias. Para ello está buscando devolver la credibilidad que le permita acceder a los mercados voluntarios de deuda. La gestión monetaria y cambiaria apunta a terminar con la costumbre de que la solución a todo sea devaluar. Más bien, todo lo contrario. Están convencidos de que las devaluaciones solo logran generar más distorsiones de precios relativos y son un obstáculo para el estudio de la rentabilidad de las potenciales inversiones y un freno al ingreso de inversión extranjera directa. Por esa misma razón, están dando claras garantías en este sentido. Así se explica la emisión de bonos vinculados al precio del dólar, un recurso que deja en claro que la política va a ser en favor de defender la paridad del peso.
En ese sentido apuntan las recientes gestiones ante el Fondo Monetario Internacional, cuyo apoyo se destinará al mejoramiento del perfil temporal de la deuda externa actual y a la sustitución de un acreedor del que se ha abusado, el BCRA sin reservas y reemplazarlo por un acreedor con capacidad de estirar los plazos de pago, como es el FMI.
Por lo poco que ha trascendido en las últimas horas, el FMI acordaría otorgar un re perfilamiento de los vencimientos de capital de los próximos 4 años, que suman aprox 14.000 millones de dólares hasta Febrero de 2029. Eso permitiría mantener esos fondos, en reservas del BCRA en lugar de desembolsarlos para cancelar las cuotas del EFF (Extended Fund Facility), que le otorgara el Fondo a la administración de Alberto Fernández. En eso consistirían los 20 mil millones de dólares solicitados por Luis Caputo y acordado por los negociadores. Se diferirían los 14 mil millones de amortizaciones de capital, por 4 años, ya que el acuerdo incluye un plazo de gracia hasta 2029.
El préstamo de facilidades extendidas de 2022 implicaba un cronograma de pagos de capital, que se habría pactado así:
Agosto 2026 755 mill U$S
Noviembre 2026 320 mill U$S
Febrero 2027 1.086 mill U$S
Mayo 2027 800 mill U$S
Agosto 2027 1.452 mill U$S
Noviembre 2027 1.086 mill U$S
Febrero 2028 1.738 mill U$S
Mayo 2028 1452 mill U$S
Agosto 2028 1.830 mill U$S
Noviembre 2028 1.544 mill U$S
Febrero 2029 1.915 mill U$S
Todo esto hace un Total: 13.979 mill U$S
Lo que queda por aclarar sería el cronograma de desembolsos de estos estimados 20 mil millones de U$S. Algunas estimaciones asumen que el desembolso inicial sería de solamente los 6 mil millones que exceden a aquellos 14 mil millones de pagos de capital. Otras estimaciones afirman que, dado el compromiso de la gestión de Caputo de no utilizar fondos para intervenir en los mercados de divisas, el monto inicial sería sustancialmente mayor.
De esos desembolsos iniciales dependerá el ritmo y plazos de desarme del cepo cambiario, la marcha del esquema de devaluaciones programadas del 1 % mensual, (crawling peg) y el futuro del “Dólar Exportación” 80-20 o dolar blend.
Algunos analistas estiman que los desembolsos iniciales del acurdo con el FMI rondarían ese saldo que supera a los 14 mil millones. En torno a los 6 mil millones. Nuestra opinión está muy por encima y no nos sorprendería que superara incluso al 50 % del acuerdo, es decir, por encima de los 10 mil millones. Todo eso determinaría muy fuertemente el futuro de la tasa de interés en pesos, el acceso a los mercados voluntarios de deuda y la estabilidad a largo plazo.
A esos desembolsos iniciales podría sumarse otros aportes del Banco Mundial, del Banco Interamericano de Desarrollo y del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, estimado entre 4 y 5 mil millones de dólares adicionales.
Fuente: www.Netnews.com.ar
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