“El gobierno, que proclamó la muerte del hambre, no logró la estabilidad macroeconómica”
La producción de pymes industriales tuvo en junio su segundo mes de caída con una baja del orden del 3,9%, según informó la CAME. Es indudable que, la percepción mala de la economía ha paralizado toda expectativa de inversión o movimiento en el mercado en un contexto en que las tasas de financiamiento son de niveles incompatibles con la normalidad. Caen las ventas, y se pierde rentabilidad, resultado: nadie invierte.
La crisis actual, heredada y generada, se produce en paralelo con un cambio de reglas y organizaciones de la gobernanza global, es decir, en el peor momento, en oportunidad en que desde la teoría todo estaba por cambiar. Las reuniones de la OMC en Buenos Aires y la presidencia del G-20 de Macri, con su talón de Aquiles, la reducción de la pobreza, resultan extemporáneas frente a la nueva realidad. El espejo en el que nos miramos muestra otra imagen, bastante descompuesta por cierto.
El Gobierno, que proclamó la muerte del hambre, no logró la estabilidad macroeconómica para tener financiamiento de largo plazo a tasas accesibles con el fin de lograr el crecimiento y el desarrollo. No supo o tuvo miedo, pero lo sigue intentando, con un gradualismo más rápido, al compás de la guía del FMI.
Eduardo Maschwitz, Presidente del Consejo de Administración de la Fundación Atlas para una Sociedad Libre y Premio a la Libertad 2007, lo resume así: “Hace ya muchos años que las PYMES están de moda. Se habla que hay que protegerlas, darles facilidades e incentivos especiales y porque no también subsidios específicos en forma de tasas de interés, de reducciones impositivas y sociales, restricciones a la competencia y muchas otras. Actúan aquí el Banco Central como el poder ejecutivo a través de sus múltiples organismos y de Ministerios de la Producción, que existen tanto a nivel nacional y provincial.
Toda esta gran actividad estatal a favor de las PYMES, viene sólo a intentar atenuar el daño que el propio Estado les ha generado antes, y no el eventual daño de China, de las importaciones desleales, competencia desleal, extorsión de grandes agentes económicos, y tantos otros mencionados”, asegura, para rematar: “Lo que una PYME realmente necesita es simplemente que la dejen trabajar, tener seguridad jurídica, infraestructura para que puedan movilizarse sus empleados, sus insumos y sus productos, no tener salarios acordados fuera de sus empresas, un sistema impositivo y de control simple, una carga impositiva total substancialmente menor, menos burocracia y regulaciones, pero por sobre todo lo ya dicho estabilidad y previsión de las variables macroeconómicas”.
En rigor, y según un informe del economista Agustín Monteverde: “Se espera un muy pobre segundo semestre, de marcado retroceso en las ventas. La recesión aumentará la morosidad y frenará la recomposición de tarifas. La crisis ha comenzado a impactar en el sistema bancario y a partir de ahora deberá seguirse con cuidado su evolución. Junio fue uno de los peores meses para el sistema financiero en muchos años: se hundió el valor accionario de las entidades, se estancaron los préstamos al sector privado, y los depósitos sufrieron la mayor salida desde la convertibilidad”.
Para Maschwitz, entretanto, las preguntas se suceden: “¿Por qué no podemos probar una receta diferente? Y no digo novedosa porque lo que hace falta está a la vista cual debe ser. No tengo respuesta. ¿Por qué un político que quiere su reelección, elije equipos y recetas fracasadas? ¿Qué lo llevará a perder su cargo o su próxima elección? No tengo respuesta.
Punto y raya.
Por Marcela V. Jaimes
@MarcelaDesafio
Fuente: www.NetNews.com.ar
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