“Argentina bicéfala”
Nuestro país mostró sus dos caras. Fue protagonista de la OMC y rediviva del pasado.
Durante diciembre la tensión entre ambos lados de la grieta quedó plasmada en dos hechos que, casi simultáneos, mostraron la realidad de dos argentinas, aquella que como país sede recibió a los negociadores de la OMC en su pugna por un futuro en el concierto de las naciones y, otra que, presionando en un connato sedicioso en la Plaza del Congreso sueña con el pasado más oscuro y tenebroso de los ´70.
Los que participamos de estos eventos no podemos más que exclamar como podemos construir en esta esquizofrenia? Un día, nos levantamos siendo sede de un evento mundial con orden prusiano, reglas de convivencia, diálogo y negociación; al otro, despertamos bárbaros, violentos, casi caníbales predicando la violencia para suprimir al otro.
La invitación fue múltiple, una de ellas nos permitía reforzar nuestra ya iniciada reinserción comercial transfronteriza, el Acuerdo de Facilitación de Comercio y la normalidad, otra, sin embargo, nos aventuraba a volver a un lugar donde estuvimos, a una especie de hoguera de proyectos, un sitio en donde nuestro país perdió su destino.
Argentina versión OMC
La ausencia por años de la Argentina en el comercio global queda sin dudas expresada en nuestra actual dificultad exportadora con una escasa internacionalización en la que sólo 25% de nuestras exportaciones ingresan en cadenas globales de valor.
Efectivamente, tenemos sólo 9600 empresas exportadoras y de las 100 principales multilatinas solo 7 nacieron en nuestro país. Somos, junto a Brasil, el país de la región con mayor carga arancelaria para bienes de capital e intermedios, que son los de mayor participación en el comercio planetario y compartimos lugar con Ecuador y Venezuela en bienes finales.
Argentina es uno de los países de menor ratio comercio internacional (exportaciones e importaciones) /PBI del mundo según el Banco Mundial, tan sólo por eso fue relevante haber sido sede de la Undécima Ministerial de la OMC.
El prestigio logrado por Argentina concede beneficios que no pueden ser medidos sino a través de los años; los lazos de confianza, el acercamiento personal entre las empresas y gobiernos nos hacen protagonistas de una posibilidad de acierto después de años de fracasos.
La arquitectura vincular es sinuosa, pero es lo único que nos permitirá comerciar con inteligencia para llegar al futuro productivo que nuestro país se merece.
Por Lic. Marcela V. Jaimes
Para DESAFIO EXPORTAR
@MarcelaDesafio
Fuente: www.NetNews.com.ar
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