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POLITICA 31.10.2017

El Lanzamiento del Plan de Tres Ejes

En un discurso demorado, pero necesario, el primer mandatario argentino inició la segunda parte de su gestión explicando “la naturaleza del fracaso argentino” desde la fortaleza de los votos que obtuviera en las elecciones de medio término. 

 

Efectivamente, en sintonía con el mandato popular, con el olor de la calle, Mauricio Macri congregó a propios y ajenos a una amplia mesa para debatir instrumentos sobre la base de supuestos básicos, esto es: que la inflación y la corrupción son intolerables y que los privilegios son parte del pasado.

En un discurso medular, repleto de ejemplos donde se imponía el sentido común, el presidente de los argentinos -acompasando los tiempos que corren-, describió los males que la conceptualización antigua del poder le produjo al país, definiendo que esa tipología era la culpable de impedir la construcción de nuestras instituciones.

Así, Macri hizo un llamado a renegar de “nuestra obsesión por el fracaso” aunque no por nuestra historia; y convocó a la concreción de consensos básicos para trazar un camino de estabilidad para generar una Argentina “justa e integrada, donde todos tengamos un proyecto de vida, donde cada uno ceda un poco, especialmente, aquellos que tengan poder, y no hablo sólo de la política”, dijo.

También señaló que “cambiar cuesta”, pero que ya no había excusas para no animarse y, en este punto, propuso 3 ejes para la construcción de consensos básicos en pos de reducir la pobreza, la principal meta de su gobierno.

Primero, dijo, la responsabilidad fiscal, la inflación y los impuestos.

Bajo el latiguillo de “no podemos gastar más de lo que ganamos”, el presidente de la Nación propugnó bajar la inflación y reducir la carga tributaria, de forma equitativa y sustentable. “Esto no puede seguir así”, enfatizó con vehemencia. “Tenemos que comprometernos a lograr el equilibrio fiscal para llegar al superávit de las cuentas públicas”, aclarando que, este punto, no era algo negociable; y habló de una “nueva relación fiscal entre la Nación y las Provincias” en la búsqueda de “soluciones duraderas” y de una "distribución equitativas” con responsabilidades individuales.

En este punto, nombró la “escalada de impuestos”, que hace que heredemos pasivos sociales. “No nos gusta endeudarnos –reconoció- pero menos nos gusta mentirnos emitiendo dinero”.

Poniendo énfasis en bajar la inflación, Mauricio Macri apeló a los vecinos, que “ya lo han hecho”, y comentó una serie de razonamientos como que “el impedir la competencia arruina el ahorro” y que “el crédito se sostiene sobre la confianza, con una moneda previsible”.

Sobre los impuestos, materia que alcanzarán las reformas proyectadas, dijo que si bien son altos, están mal distribuidos y su metodología es engorrosa y complicada.

“La distorsión y la evasión fiscal castiga a los que dan trabajo, a los que exportan”, señaló. “Queremos avanzar con las provincias y los municipios con un sistema más justo, simple y equitativo.  Con mirada en la equidad y el largo plazo”, remarcó el primer mandatario.

Con relación a la reforma en materia de jubilaciones y pensiones, Macri expresó estar orgulloso del ingreso asegurado a los mayores y de la Reparación Histórica, “pero –destacó- sabemos que no es sustentable y esconde injusticias”. También se pronunció “en contra de las jubilaciones de privilegio”, y aseguró que “el sistema seguirá siendo universal”, con “propuestas para la transición”.

 

El segundo pilar de su discurso fue para el mundo del trabajo, en su afán de favorecer el empleo privado “con más y mejores empleos” en un marco de reglas de juego “que fomenten empleo privado y formal con crecimiento de la producción”.

En ese sentido, Macri habló de mejorar la capacitación de los trabajadores, de incentivar nuevas formas de contratación,  de combatir la litigiosidad laboral y la mafia de los juicios laborales, apelando a los Gobernadores presentes a que adhieran a la Ley de ART, diciendo: “hay pocas cosas más importantes que esto para crear trabajo”.

Luego, admitió que no se le podía pedir a nuestras empresas que inviertan sin facilitarles condiciones: y nombró los aspectos a trabajar: costos de energía y logística, “tienen que ser los adecuados para integrarnos al mundo”, apuntó.

Además, se refirió a la necesidad de que las Pymes coticen en Bolsa aduciendo que  “tenemos el mercado chico de América Latina”. “Hay que facilitar las cosas, simplificar normativas, bucrocracia…Cómo puede ser que a una Pyme se le pidan 1500 declaraciones juradas?”, se preguntó. Asimismo, refirió otro ejemplo, el de los 158 trámites que se requieren para exportar una pollera.  Así las cosas, el presidente expresó: “Falta muchísimo, las empresas tienen que concentrarse en producir e innovar, no en gastar energía en trámites”.

Como contracara, también exigió que “los beneficios lleguen a la gente”. “Las empresas tienen que comprometerse a cumplir con los clientes y el ambiente y hacer su aporte a la sociedad, sin sobornos, sin cartelización”, dijo, para asegurar que serán implacables cuando se vulnere el derecho de la gente.

Con la ausencia del kirchnerismo a la convocatoria, el Presidente instó a los presentes a “transparentar los mercados para contribuir a la integridad de la Nación”. “Competir es seducir al mundo”, definió.  “No podemos ser uno de los países más cerrados… tenemos que convertirnos en un país exportador”, aseguró y, al respecto, afirmó que era una “maravillosa experiencia” el diálogo establecido en las mesas sectoriales.

 

A esta altura, introdujo el tercer eje de las reformas; la calidad institucional, para favorecer el fortalecimiento de las instituciones con énfasis en la Justicia, la reforma electoral y la  prevención de la corrupción para potenciar a nuestro país.

“Los argentinos ya decidieron que quieren vivir en una democracia republicana”, dijo, e invitó a cumplir con las sentencia de los jueces como así también a rendir cuentas ante los diputados y senadores. Luego, formalizó su compromiso con la libertad de prensa y con la modernización del Estado, a las que calificó como fundamentales. Entonces, Macri destacó los avances en materia de transparencia y de interoperatividad con las provincias y municipios para gestionar mejor, a las que calificó como “una revolución que queremos llevar a todos”.

En medio de un clima expectante, el presidente de los argentinos enmarcó su presentación del plan de tres ejes en un necesario cambio cultural que persiga el objetivo de “un Estado al servicio de todo la sociedad”.

“Queremos un país donde la inflación y la corrupción sean intolerables”, dijo enérgico. “Hay que demostrar que se pueden ganar las elecciones haciendo política con decencia”, manifestó.

En ese orden, habló de mejorar las contrataciones y licitaciones y de la digitalización de todos los expedientes de la administración pública.

 

A la Justicia, la conminó a seguir mejorando, y a interpelarse sobre las demoras, arbitrariedades e injusticias.

Un punto interesante de su alocución fueron los sobrados ejemplos de pequeñas corruptelas que tanto daño le hacen al país. Aludió, entonces, a los funcionarios que ubican a sus militantes en la Biblioteca del Congreso de la Nación en una suerte de “kiosco” que permitió el ingreso de 1700 empleados. “Este tipo de estafas, sí, de estafas, se tienen que terminar”, reafirmó.

Apeló a las legislaturas provinciales, también, diciendo: “hay legisladores con 80 empleados, estoy seguro que hay mejores maneras de trabajar que armar kioscos para los amigos de la política, y no quieran saber los sueldos! Empleados de ordenanza que sirven café, con sueldos arriba de 100 mil pesos por mes, con un régimen de licencia de dos años goce de sueldo”.

Sobre la justicia, El presidente Macri dijo: “no puede ser de que atiendan hasta las 15 horas o tengan interrupciones que demoran causas que duran años”. E instó a que modernicen sus procesos. “No puede ser que haya expedientes cosidos, escritos en español antiguo… es viejo, es lento”, y advirtió que estos pequeños ejemplos, mostraban lo básico que había que cambiar y la forma en que cada uno podía contribuir a la reducción del gasto público.

Respecto de las universidades, refirió que si bien habían aumentado en un 30%, la matricula de estudiantes lo había hecho en sólo un 13% mientras la tasa de graduación era una de las más bajas del mundo. “Las universidad debe mejorar su desempeño”, afirmó Macri.

Seguidamente, puso la mirada en las obras sociales. “Hay 280, de las cuales 40 representan el 70 % de sus trabajadores... Apoyo las obras sociales, pero esta cantidad llama la atención”, advirtió. “Queremos una buena administración de las cajas e invitamos a dialogar a nuestra dirigencia sindical para reducir estas incongruencias”, dijo el titular del Ejecutivo Nacional. “Hay 3000 sindicatos en la Argentina,  tienen que ser transparentes, los invitamos a dialogar para entre todos generar más trabajo”.

En esta especie de digesto de lo que se hará, Macri llamó a la reorganización de los partidos políticos y a trazar una “línea de austeridad para lo que viene”. “Los que estamos acá tenemos privilegios” por lo que convocó al auditorio a dar el ejemplo.

“No hay nada más potente que dar el ejemplo, porque en el camino del gradualismo hay quienes no pueden esperar”, sentenció. “Estoy acá pidiéndoles que todos hagan su aporte; el único rival son los problemas de los argentinos y superar la resignación y el miedo”.

Para finalizar, Macri insufló la necesidad de embarcarse en la aventura, en la épica y en la sana rebeldía de querer más, asegurando que “esta esperanza no está quieta”. Y repitió: “Sin distinciones ni privilegios, pero con oportunidades para todos”.

 

 

 

Discurso completo

 

Por Lic. Marcela V. Jaimes

@Marceladesafio

Fuente: www.NetNews.com.ar

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