Perspectiva Climática para el Segundo Semestre de 2016 en el área agrícola de los EE.UU
La mayor parte de los centros de previsión climática coincide en que la temporada 2016/2017 observa el desarrollo de un episodio de “La Niña”, fenómeno que suele afectar negativamente a gran parte del área agrícola norteamericana. No obstante, el Océano Pacífico aún conserva una fuerte acción residual de “El Niño” que se desarrolló durante la temporada anterior. A esto se une un marcado calentamiento del Atlántico Norte, todo lo cual contribuye a que el avance de “La Niña” sea bastante lento.
Los riesgos más significativos que produce “La Niña” en los EE.UU. son de dos tipos:
a) En los episodios en que el fenómeno se desarrolla en forma temprana y vigorosa, la primavera y el verano se observan precipitaciones irregulares con valores inferiores a lo normal, que son acompañadas por fuertes calores, produciendo sequía edáfica a la que, en los episodios intensos, se une una fuerte sequía atmosférica estival, que afecta especialmente a la floración del maíz y, en menor grado a la soja.
b) En los episodios de desarrollo lento y tardío, se observan heladas y nevadas tempranas, que afectan a los lotes tardíos y entorpecen las tareas de cosecha, acondicionamiento y transporte, así como la implantación de los cultivos de invierno de la temporada siguiente.
PRECIPITACIONES OBSERVADAS DURANTE LA PRIMAVERA DEL HEMISFERIO NORTE 2016
Durante la mayor parte de la primavera del Hemisferio Norte (figura superior) el área agrícola norteamericana observó un régimen hídrico algo irregular, con una alternancia entre rachas de tormentas y lapsos secos. Debido a ello, la acumulación total de precipitaciones fue inferior a lo normal (áreas en tonos de marrón) en varias zonas del cinturón maicero, gran parte del área triguera, el norte del Delta y el norte de la Región Sudeste. Durante la parte final de la primavera, este comportamiento se acentuó (figura inferior), experimentándose precipitaciones inferiores a lo normal (áreas en marrón) en la mayor parte del área agrícola norteamericana.
TEMPERATURAS OBSERVADAS DURANTE LA PRIMAVERA DEL HEMISFERIO NORTE DE 2016
Debido a la menor nubosidad y las frecuentes entradas de vientos del trópico, que acompañaron la reducción de las precipitaciones, se produjeron temperaturas superiores a lo normal. Durante el total de la primavera (figura superior), la mayor parte del área agrícola norteamericana experimentó un promedio de más de 1°C por encima del promedio estacional, con focos de valores mayores. Durante el final de la primavera (figura inferior) este comportamiento se acentuó. La mayor parte del área agrícola norteamericana registró más de 2°C por encima de lo normal, con un amplio foco con más de 3°C por sobre la media sobre el centro del área triguera y el centro del cinturón maicero.
AREA AFECTADA POR SEQUÍA
Esta combinación de precipitaciones algo escasas y temperaturas elevadas produjo un balance hídrico negativo, que redujo las reservas de humedad de los suelos. No obstante, la imagen difundida por el U.S. Drought monitoring el pasado 21 de Junio (figura inferior) sólo muestra algunos focos de sequía leve sobre el centro y el norte del área triguera y el centro del cinturón maicero, y un foco de sequía moderada sobre el centro de la Región Sudeste. Esto puede atribuirse al hecho de que las abundantes reservas de humedad dejadas por el episodio de “El Niño 2015/2016, compensaron en gran parte la reducción de las lluvias y las temperaturas elevadas. Esta situación es mucho mejor que la observada a similar fecha de 2012 (figura superior), temporada en la que tuvo lugar una notable caída en la producción de maíz y soja norteamericana. Dicho impacto puede atribuirse a que la campaña previa (2011/2012) fue afectada por un episodio de “La Niña”, por lo que la campaña 2012/2013 comenzó con bajas reservas de humedad, haciendo que se entrara muy rápidamente en un estado de sequía generalizada que, junto con los fuertes calores observados, causó el mencionado impacto. Por esta causa, es muy probable que, aunque la presente campaña está siendo afectada por el desarrollo de un episodio de “La Niña”, el impacto producido por la misma difícilmente alcance el nivel registrado en la temporada 2012/2013. JULIO DE 2016 En forma similar al comportamiento observado durante el final de la primavera, el mes de julio continuará experimentando una combinación de precipitaciones irregulares, con fuertes tormentas sobre algunas zonas y valores escasos en otras. Paralelamente, se registrarán temperaturas muy fluctuantes, que combinarán lapsos extremadamente cálidos con cortas, pero vigorosas, irrupciones de aire polar. Este comportamiento continuará reduciendo paulatinamente las reservas de humedad de los suelos en gran parte del área agrícola norteamericana, aunque es poco probable que llegue a alcanzar un nivel de sequía severa durante el mes de Julio.
AGOSTO DE 2016
Durante Agosto tendrá lugar un avance importante en el desarrollo de “La Niña” En su primera quincena, Agosto registrará niveles térmicos muy elevados de la temporada, con máximas capaces de generar un alto nivel de estrés térmico. Paralelamente, las precipitaciones continuarán exhibiendo valores algo inferiores a lo normal y con una irregular distribución en el tiempo y el espacio, por lo que las reservas de humedad seguirán descendiendo paulatinamente, aunque es poco probable que este factor llegue a hacerse crítico. Hacia el final del mes, los factores de riesgo comenzarán a evidenciar un cambio de signo. Empezarán a producirse entradas de aire frío que, aunque no causarán el riesgo de heladas, podrían retrasar el llenado y maduración de los cultivos estivales. En los últimos días del mes, podría producirse una nevada temprana (área en azul obscuro sobre el sudeste del Canadá y el extremo nordeste de los EE.UU.), sobre el extremo norte del área triguera y el cinturón maicero, luego de lo cual estas zonas comenzarían a experimentar heladas. Estos fenómenos marcarán una aceleración en el desarrollo de “La Niña” que, aunque probablemente llegará tarde para causar un impacto significativo por calor y sequía, podría causar un alto riesgo de fríos y nevadas tempranas.
SEPTIEMBRE DE 2016
Septiembre registrará un marcado avance de los vientos polares, que establecerán su dominio sobre el norte del área triguera y el norte del cinturón maicero. El encuentro del frente polar con la masa de aire tropical, situada más al sur, provocará fuertes tormentas, que afectarán al norte del área triguera y al norte del cinturón maicero. Asimismo, podrían producirse nevadas tempranas sobre el extremo norte del área triguera y el cinturón maicero, retrasando el fin del ciclo de los cultivos estivales y dificultando las tareas de recolección. Contrariamente, el sur del área triguera, el Delta y la Región Sudeste experimentarán precipitaciones desparejas y por debajo de lo normal, al mismo tiempo que observarán episodios de calor tardíos.
OCTUBRE DE 2016
Durante Octubre, los vientos polares continuarán avanzando hacia el sur, ocupando el norte y el centro del área triguera, la totalidad del cinturón maicero, el extremo norte del Delta y el norte de la Región Sudeste, produciendo nevadas tempranas y marcados descensos térmicos, con riesgo de heladas tempranas. Sólo el sur del área triguera, el Delta y el centro y el sur de la Región Sudeste continuarán bajo la influencia de los vientos del trópico experimentando precipitaciones de variada intensidad y temperaturas templado/cálidas sin riesgo de heladas.
NOVIEMBRE DE 2016
En Noviembre, el frente polar avanzará hasta ocupar la casi totalidad del área agrícola norteamericana, produciendo nevadas en la mayor parte de su extensión, las que serán seguidas por heladas intensas. Sólo las zonas costeras del Pacífico y el Golfo de México quedarán a salvo de las nevadas y los descensos térmicos extremos.
DICIEMBRE DE 2016
Diciembre observará un panorama de vigorosas entradas de aire polar, que producirán condiciones de frío severo, con nevadas intensas en la mayor parte del área agrícola norteamericana. Estos fenómenos serán seguidos por marcados descensos térmicos, con heladas intensas en la mayor parte del país, pudiendo llegar a extenderse hasta la Costa del Golfo, y alcanzar el sur de la Península de Florida, lo cual ocurre sólo en temporadas particularmente frías.
CONCLUSIONES
Debido a la acción residual de “El Niño 2015/20016” y de otros factores retardatorios, el presente episodio de “La Niña 2016/2017” recién alcanzará un desarrollo capaz de producir efectos sensibles fines del verano del Hemisferio Norte. Por esta causa, el riesgo de impactos negativos por calor y sequía sobre los cultivos estivales se mantendrán en un nivel moderado a bajo, siendo poco probable que se produzca una reducción significativa de la producción de los mismos por esta causa. No obstante, los riegos por heladas y nevadas tempranas se perfilan como muy elevados, y podrían llegar a complicar considerablemente los estadios reproductivos finales de los cultivos estivales, así como su cosecha, acondicionamiento, almacenaje, transporte y embarque. Adicionalmente, las nevadas tempranas podrían complicar la implantación del trigo de invierno, así como a otros cultivos de siembra otoñal. Como nota de alerta, debe considerarse que, si durante la temporada 2017/2018 volvieran a darse condiciones de “La Niña”, sería muy probable que se repitiera un severo impacto, del orden del registrado en 2012.
Por Ing. Agr. Eduardo M. Sierra Especialista en Agroclimatología
Fuente: www.NetNews.com.ar
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