La inflación de bolsillo febrero fue del 16,8 por ciento
El Índice de Precios al Consumidor elaborado por LyP arrojó un aumento de 16,8% en febrero, desacelerándose 3,8 puntos porcentuales respecto a la medición oficial de enero (20,6%). De esta manera, en el primer bimestre del año el IPC acumula una suba de 40,9%. La variación interanual alcanza el 288,0%, llegando a su valor más alto desde marzo de 1991.
En la evolución del mes, encontramos que la primera semana de febrero presentó una variación sustancialmente alta, debido a la actualización de tarifas en el transporte público del AMBA. A partir de la segunda semana del mes, los datos convergieron a variaciones en el rango del 2%-3% semanal, manteniendo la tendencia de la última quincena de enero y ubicándose en valores similares a los de septiembre del 2023.
De esta forma, la última semana de febrero deja un arrastre de 3 puntos porcentuales para marzo, unos 0,2 pp. menos que en enero.
La tendencia de marzo es hacia una suba del IPC de alrededor del 15% mensual. Si bien las subas de precios estacionales y de regulados jugará en contra, estimamos que la vigencia del ancla cambiaria y la política monetaria contractiva que está llevando
Eugenio Marí, Economista Jefe en la Fundación Libertad y Progreso dijo que “de la misma forma que cuando el gobierno emite para financiarse, no todos los precios de la economía suben instantáneamente, cuando se deja de emitir tampoco se detienen en el acto. Lo positivo es que haber dejado de emitir para financiar al Tesoro ha favorecido una menor oferta de pesos y la estabilidad del tipo de cambio. Con esto se están sentando las bases para bajar la nominalidad de la economía argentina y profundizar el proceso de desaceleración del IPC, algo que es moderado por las actualizaciones de precios regulados que acumularon atrasos”.
Por su parte Valentín Gutiérrez, analista en la Fundación Libertad y Progreso agrega que “si bien los índices de precios seguirán arrojando subas significativas en febrero y marzo, estrictamente la inflación, entendida como el proceso de pérdida de valor de nuestra moneda, se está mitigando, lo que puede verse en la estabilidad del peso frente al dólar. Eso no quita que el sobrante monetario heredado aún no se haya trasladado a precios en todos los mercados y deba sincerarse. Pero sí hace pensar que, una vez completado ese proceso, las subas de precios se desacelerarán fuertemente”.
Lautaro Moschet, Economista en la Fundación Libertad y Progreso dijo que “a pesar de que el bolsillo de la gente sigue resintiéndose mes a mes hay que tener en cuenta que se están generando las condiciones para pensar en un país con baja inflación en el mediano plazo. Esto es importante, porque una vez que se estabilice la macroeconomía, no solo los salarios podrán recuperarse de la caída abrupta de los últimos años, sino que también aumentarán en términos reales. Para que esto ocurra es importante la inversión y su consecuente aumento en la productividad. En este sentido, el gobierno ya anunció las intenciones de salir del cepo (condición necesaria para atraer inversiones) a mitad de año y mientras más rápido ocurra esto, menor será el tiempo necesario para la recuperación”.
Fuente: www.Netnews.com.ar
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