Domingo, 22 de Diciembre de 2024 | 23:37

El pez por la boca muere

Cuánto le deben pesar las palabras al presidente Alberto Fernández en la reunión que tuvo en el Vaticano con el Papa Francisco mediando la promesa repetida de impulsar desde el Ejecutivo la legalidad del aborto, gratuito y seguro.

 

Francisco no debió recibir con agrado las declaraciones del presidente en campaña presidencial y sostenidas ahora, aunque sí habría habido acuerdo en otros temas en los que coinciden ideológicamente con Cristina Fernández, ambos de extracción izquierdista. El presidente no presentaría un gran sesgo izquierdista dado que su paso por la UCD, lo ubican ideológicamente más en el centro derecha, pero la innegable injerencia de Cristina (figurativamente vicepresidente), ubican al gobierno en esa posición.

Sumado a los nombramientos en cargos ministeriales y secretarias y subsecretarias, de amigos y parientes de la ex presidente y su hijo Máximo, todos con sesgos marcadamente izquierdistas, que en nada benefician al presidente Alberto Fernández, toda vez que tendrá que gobernar con funcionarios que responden a madre e hijo Kirchner, tal como lo expresara públicamente el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, doctor Sergio Berni: “Alberto es el presidente pero mi jefa política es Cristina Kirchner”. Este mismo concepto se sucede en decenas de funcionarios. El presidente para gobernar va a necesitar no solo “cintura política” sino mano de hierro para manejar un plantel de funcionarios tan heterogéneo.

Y como decíamos el peso de las palabras las debe sentir el presidente, no sólo por las declaraciones anteriores sobre la ex mandataria sino por sus promesas recientes de mejorar las condiciones de los jubilados tanto en sus haberes como en los medicamentos gratuitos, dos temas que en estos momentos resulta casi imposible de cumplir pero que están haciendo mucho ruido entre los cuatro millones y medio de jubilados que hoy viven con temor a lo que podría suceder con sus haberes. La ANSES mientras debate como resolver el complejo tema, le presta 70.000.000 millones de pesos al gobierno de la provincia de Buenos Aires, un dinero que no le pertenece ya que se trata de fondos pertenecientes a los jubilados. Se malgastó mucho dinero en Futbol Para Todos y 678,  entre otros despilfarros que hoy pesan para hacer frente al pago de los beneficiarios, y a pesar de eso se continúa con la mala práctica.

En lo económico aún no se conoce un plan que pueda ser aceptado por la opinión pública con o sin agrado pero un plan previsible. Hasta ahora sólo medidas de emergencia, atajando penales que surgen de todos los sectores vinculados a la economía. La sábana corta; si se tapa la cabeza se destapan los pies. Mientras tanto se fundan expectativas con la renegociación de la deuda externa para no caer en default, pero sin desarrollar un plan A y un plan B, si no resulta como se espera.

Hay medidas que aplacan el miedo y la ansiedad de la gente, tales como sostener el perverso incremento de las naftas que mueven la espiral inflacionaria hacia arriba sin nada que lo contenga, como así también el aplastamiento de los servicios públicos, que,  aunque es una medida transitoria para la gente más sumergida es un alivio. Lo mismo que la tarjeta alimentaria -muy criticada- pero sin duda una forma de mejorar la alimentación de la población de menores recursos no sólo en monto sino en calidad de los alimentos que se pueden obtener con dicha tarjeta. Quienes conocen el interior de nuestro país pueden valorar lo que esto significa.

Enero y febrero son meses de semi paz en el país a excepción de la delincuencia que no se toma vacaciones, pero con llegada de marzo se acaba la tregua declarada por Juan Grabois que prometió cien días de paz, dejando sentado el retomar los movimientos y marchas en reclamo de muchas cosas, algunas imposibles de otorgar. El gobierno tendrá la obligación de poner en marcha todos los anticuerpos a su alcance para aplacar el virus de las reclamaciones que encabezará Grabois a los que muchos dirigentes sociales, incautamente, seguramente se sumarán para no quedar fuera de la foto.  Algunas reclamaciones parecerán justas y otras injustas, teñidas de politiquería de los que quedaron afuera del reparto. El riesgo es no caer en el mismo error que cometió el ex presidente Mauricio Macri, de medir todo en si era políticamente correcto o incorrecto.

La guerrilla agazapada tiene su objetivo claro, hacer de Latinoamérica una Sudamérica socialista, y no importa si es un gobierno democrático o totalitario, el Foro de San Pablo no mide que tipo de gobierno está en el poder. Todos los caminos llevan a Roma.

 

Por Richard Ramsay

@RamsayRichard

 

Fuente: www.NetNews.com.ar

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