Las Falacias y Mentiras del Cristinismo
Miente como nadie lo hace en el mundo, porque miente aún frente a un rosario de evidencias. Y miente con singularidad como pocos. Uno puede recordar a Richard Nixon en el caso Watergate. El mintió, pero cuando se publicaron las evidencias, sobrevino su renuncia. Con Clinton pasó otro tanto, lo llamativo es que en Argentina todo esto sucede al mismo tiempo, y a través de este las evidencias se acumulan de modo tal que hasta un infante podría colegir que, efectivamente, la mentira es mentira ante la mirada extraviada de una militancia ciega.
A Cristina hay que creerle por sus supuestos sin necesidad de probanzas; a la sociedad que blande pruebas en su contra, no; porque la “lógica” Cristinista se construye con inferencias. Entonces, imagina que “al gobierno no le interesa el estado de derecho”, se figura que “los periodistas se autocensuran por miedo”, presupone que “la situación económica es mala”, que “la calidad democrática destruye las garantías básicas del estado de derecho”, que “la concentración del poder es inédita y peligrosa”, que se “criminaliza a las organizaciones sociales y sindicales” y que “se han cruzado todos los límites democráticos”, todo esto dicho en el mismo momento que aparecían los barriles de su “Pata”, uno de sus muchos brazos políticos sindicales.
Se me ocurrió, entonces, recordar algunas falacias de Cristina Kirchner del pasado, como para descubrir el sendero de mentiras inculcadas por el cristinismo a través de más de una década.
Primer caso.- Sobre la decisión de someter a un examen psicofísico de salud a quien fuera Juez de la Corte Suprema de la Nación, Dr. Carlos Fayt.
“La Cámara, cumpliendo facultades y deberes exclusivos y excluyentes que le concede el art. 53 de la Constitución Nacional, está analizando si un ministro de la Corte, por exceder los 75 años de edad que fija la Carta Magna, continua con la idoneidad requerida a tal efecto”, diputada FPV, Diana Conti.
El artículo mencionado por la diputada nacional Diana Conti expresaba que el Poder Legislativo tenía, la potestad de acusar al presidente de la nación, vicepresidentes… y ministros de la corte”, pero el artículo, aclara: “siempre que se haya observado mal desempeño, delito en el ejercicio de sus funciones, crímenes comunes y después de haberlos cometido y ser declarados culpables...”. Queda claro que la falacia utilizada es la apelación a la ignorancia “AD IGNORANTIAM”, toda vez que la diputada apelaba al desconocimiento social del mencionado artículo. Fayt, en este caso, sin haber cometido ninguno de los actos reprochables mencionados, fue acusado por la Comisión de Juicio Político que presidía por aquel entonces Ababel Sagasti (FPV), con un señalamiento carente de sustento legal alguno, con el afán de que prosperara por las vías correspondientes ya que no surgía de una facultad reservada en la Constitución Nacional, ni por Reglamento de las Cámaras de Diputados y Senadores, ni por la Comisión de Juicio Político de Cámara de Diputados, toda vez que la decisión de someter a un examen psicofísico a quien fuese ministro de la Corte Suprema de Justicia, sólo se basaba en una “presunción”, en un presupuesto ausente de fundamentos, carente de evidencia. Además, se planteaba el tema etario. De acuerdo a la edad manifestada por la diputada como impedimento para ostentar el cargo, podemos decir que a la sazón, Fayt llevaba más de 22 años de irregularidad en el ejercicio de sus funciones. Pero, de resultar correcto el impedimento, estábamos frente a una flagrante discriminación, toda vez que se le endilgaba al magistrado “el ser añoso”, como si esto fuese un delito, violando el sentido común; los valores universales y al mismísimo Inadi, órgano constituido para condenar la discriminación. Por otro lado, es dable aclarar que los fallos del Dr. Fayt siempre se ajustaron a derecho, que el mundo jurídico lo consideraba una eminencia y que tenía una historia intachable como decano de derecho político en la gloriosa Universidad de La Plata, cargo que le permitió mostrar su condición moral con su renuncia en ocasión del acontecimiento de los “Bastones largos”.
Segundo caso.- El titular de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, ministro Lorenzetti, había dicho que “el Poder Judicial debía controlar y poner límites”. En uno de los actos de campaña, la ex titular del Ejecutivo le respondió inmediatamente.
“Que nadie se confunda y que nadie se equivoque. En el Congreso y en la Casa de Gobierno están los representantes del pueblo, ese poder que se somete a las elecciones cada dos años tiene el control del pueblo y es el único control que admite la Constitución”, Cristina Kirchner.
Esta afirmación, además de engañosa, es grave, porque desconoce la división de poderes y que cada poder es el natural contralor de los otros. No existe un poder sobre otro o un poder subsumido en otro. Además, esta división de poderes no es caprichosa, responde a una forma republicana de gobierno. Una forma que re elegimos en la última Reforma Constitucional de 1994.
La hoy ex presidente invocaba el “poder del pueblo” como única fuente de poder, al que ella se sometía cada vez que era votada. La falacia es la apelación a “un pueblo” que, supone ella, le otorga la autoridad para sostener su argumento basándose en la presunta opinión de la mayoría.
Tercer caso.- Aníbal Fernández, ex jefe de Gabinete y por entonces candidato a Gobernador por la Prov. De Bs. As.
“El juez Cabral tiene el despacho sucio”, Aníbal Fernández.
En este caso el orador utilizó un insulto agraviante hacia la persona del juez Cabral como una forma de denostar a quien fue recusado de su mandato de impartir un veredicto respecto de la Constitucionalidad o no del Memorandum firmado por Argentina con Irán.
En este caso, la falacia descalifica al otro para quitarle legitimidad a su proceder. Se trata de la falacia AD HOMINEM, que pretende desacreditar a su señoría, deslegitimando su condición de juez.
Cuarto caso.- En ocasión de la visita de Scioli en campaña a Río Gallegos.
“Máximo hubiera sacado millones de votos en la provincia de Buenos Aires pero él quiso ser fiel a Santa Cruz”, Carlos Zannini.
En este caso, Zanini hacía una deducción contrafáctica, asegurando un resultado absoluto y concluyente sin tener ninguna certeza o probanza de que así hubiese sido. El argumento induce a pensar que Máximo Kirchner hubiese ganado, pero queda invalidado en la realidad puesto que el hecho no ocurrió y todos los sondeos de opinión certificaban la mínima intención de votos para él en ese terreno, con un adicional de imagen negativa muy alta, por cierto.
Quinto caso.- Cadenas Nacionales de 2014, incluyendo las salidas al Patio de las palmeras. Sobre qué ocurrirá con los planes sociales de ganar las elecciones generales la oposición.
“Esto es de ustedes, este es el modelo nacional y popular que hay que cuidar, yo les digo que los cuiden, porque esta presidenta no se los va a sacar pero, cuídenlos”, Cristina Kirchner.
En las campañas políticas se utilizan con frecuencia citas que recurren a las pésimas consecuencias que tendrían los ciudadanos si votaran por el partido adversario. Votar por el adversario significaría un recorte del asistencialismo que se brindaba a través de los 600 planes sociales que había en este momento y que alcanzan a 8 millones de personas. La supresión de los planes es un guiño de complicidad para arrasar con el sistema y por lo tanto, con el modelo nacional y popular. La realidad mostró que no sólo se acrecentó la ayuda social sino que el gasto público aumentó durante el gobierno de Macri de forma preocupante.
Sexto caso.- Página de La Cámpora: www.lacampora.org.
Se trata de un tema de campaña realizado por la agrupación referida. Tema: “Qué te pasa gorila”, cantado durante las últimas cadenas nacionales.
Séptimo Caso.- “Al gobierno lo banca la gente”.
La frase infiere una conclusión general a partir de una prueba insuficiente. Sin muestra alguna de esa evidencia, alguien determina que TODOS “bancábamos” o apoyábamos ideológicamente al Ejecutivo Nacional. Concluir que todos apoyamos a la administración que gobernaba suponía desconocer la existencia de minorías que adherían a otras doctrinas, símbolos y valores.
Octavo caso.- En ocasión de un discurso de la ex presidente de la Nación, Cristina Kirchner, en Rosario, por el Día de la Bandera.
“En el 2015 yo quiero ser jueza, la verdad es esa, ¿para qué Presidenta? Pero no jueza de la Corte, apenas una jueza de primera instancia, para poder tener una lapicera, un papel, una cautelar y firmar, y qué me importa lo que vota la gente y lo que votan los senadores y diputados, si total tumbo todo. Además, siendo juez no hacés declaraciones juradas, no pagas el Impuesto a las Ganancias, no explicas cómo vivís. Las ventajas son innumerables. A todos los que quieran ser candidatos a algo les recomiendo que replanteen sus ambiciones por algo más cómodo, porque además nadie te critica. Tenés que encontrar solamente un gil que sea Presidente para que junte la guita para pagarte los sueldos y que no pase lo que pasó en 2001”, Cristina Kirchner.
El discurso enmarca la figura retórica sorites, que consiste en un encadenamiento de enunciados verdaderos que va introduciendo proposiciones falsas de forma gradual y capciosa por la cual se llega a un razonamiento falso que aparenta racionalidad. En el caso considerado, los jueces están exentos de hacer declaraciones juradas de bienes y tampoco pagan ganancias, sin embargo, es falaz que “tumben” todo lo que vota la gente y los legisladores, o que posean ventajas innumerables. Mucho menos es cierto que la presidente “junte guita” para pagarles, como si fuese un esfuerzo personal el que hace, olvidando, caprichosamente, que son los ciudadanos con 100 impuestos los que le posibilitan todos los emprendimientos de los que se ufana.
Para finalizar, la victimización del mal es el último recurso perverso. En su conferencia de prensa, Cristina Kirchner conjeturó, también, que encabeza una supuesta lista negra en poder de Macri; asimismo dedujo que la quiere mandar en “cuete” (sic) a la luna. Tal vez ése sea el lugar donde mora, porque la realidad que relata no es terráquea.
Por Marcela Viviana Jaimes.
Lic. En Periodismo y comunicaciones.
Fuente: www.NetNews.com.ar
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